AGENCIA AP
Presionados para que reformen su modelo de crecimiento económico, los líderes de China prometieron cambios drásticos en una reunión del próximo fin de semana que los partidarios de la reforma esperan pase a la historia al desencadenar una nueva ola de transformación económica.
El Partido Comunista no ha anunciado aún la agenda de la reunión prevista para comenzar el sábado, aunque uno de sus líderes prometió cambios "profundos". La prensa china y los centros de investigación apuntan a posibles áreas de reforma que van desde dar a los agricultores mayor control sobre sus tierras a obligar a la industria estatal a competir con los empresarios privados.
La magnitud de los cambios posibles presenta graves problemas, lo mismo que la potencial resistencia de las facciones que incluyen a las empresas estatales que ven amenazados sus privilegios.
Debido a ello, los analistas dijeron que el encuentro de cuatro días es solamente el comienzo de un proceso arduo y largo. Agregaron que los dirigentes seguramente acordarán cambios en unas pocas áreas como las finanzas, pero dejarán intactas las demás, y todos los detalles, para después.
"No se propone todo un paquete de reformas y se dice luego a la gente que hagan todo de una vez", dijo Tao Ran, director del Centro de Política Pública Brookings-Tsinghua, en Beijing. "Hay que estudiar muy bien el sistema y los sectores con intereses creados, y crear paquetes para compensar a aquellos que pierden, a fin de vencer su resistencia".
Tres décadas después que las reformas de Deng Xiaoping encaminaran a China hacia la prosperidad económica, los propios líderes del partido concuerdan que el motor del crecimiento basado en las exportaciones y la industria pesada está perdiendo fuerza. Desean adoptar un crecimiento limpio y autosostenible encabezado por el consumo doméstico y la tecnología.
La conducción presidida por Xi Jinping, que subió al poder el año pasado, ha emitido una variedad de cambios incluyendo el aflojamiento de los controles en los préstamos bancarios y el anuncio de una zona de libre comercio en Shanghai. Empero, Beijing no ha encarado aún reformas económicas que según el banco Mundial y otros organismos asesores son cruciales para sostener el crecimiento económico.
Ello requeriría cambios políticos en un sistema que pasó la última década formando corporaciones gigantes estatales en energía, finanzas y otras industrias. Su monopolio al acceso de créditos baratos y otros privilegios tendrían que ser reducidos para mejorar las oportunidades de la industria privada que cree nueva riqueza y empleos en China.