La tecnología avanza a pasos agigantados. Sin ella, los humanos no seríamos lo que somos hoy, incluso, no estuviéramos donde estamos, ni mucho menos hubiésemos logrado ningún hito de los que hoy poseemos.
Y los robots son parte de esa evolución tecnológica, en la que el hombre cada vez asombra de lo que es capaz de crear. Conocemos robots de todo tipo: de cocina, sexuales, policiías, etc, pero no habíamos escuchado de uno que fuese comestible.
Pues bien, ya podemos descansar en paz, pues lo robots comestibles ya son una realidad. Quienes se acreditan este desarrollo son investigadores del Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza. Su increíble trabajo es un nanorobot gelatinoso que se asemeja a una gominola y que se arrastra como una oruga.
La idea de este proyecto es utilizarlo con fines médicos. Una vez equipado con cámaras, el paciente se lo tragará y así los especialistas podrán observar el interior de su organismo, sin tener que recurrir a las técnicas tradicionales, que son mucho más molestas e invasivas.