Pequeños agricultores, en paro desde hace más de una semana, mantenían el martes bloqueos viales, mientras se aprestaban a una reunión con miembros del gabinete del presidente Juan Manuel Santos a la espera de respuesta a sus reclamos que han agitado regiones del centro del país.
La cita de la jornada será a partir de las 13:00 horas (1800GMT) en la ciudad de Tunja, capital del departamento de Boyacá y a unos 130 kilómetros al noreste de la capital colombiana, con la asistencia de ministros como el de Agricultura Francisco Estupiñán y representantes de los cultivadores de papa, cebolla y productores de leche, entre otros, de Boyacá y su vecina, Cundinamarca, más Nariño, al sur colombiano, que son los tres departamentos que mayores protestas han escenificado desde el inicio del paro, el pasado 19 de agosto.
La reunión se logró luego de que el presidente Santos viajara la víspera a Tunja y buscara directamente a los líderes de la protesta y aunque no logró que los manifestantes levantaran los bloqueos viales, una de sus exigencias para sentarse a negociar, las tensiones de los días pasados aminoraron y ambos bandos llegaron a un "pacto de no agresión" en que según el presidente, la policía no intervendrá para despejar las vías, mientras los manifestantes tampoco entraran en enfrentamientos con los agentes.
Las protestas desde inicios de año, de distintos sectores como el café, así como de otros gremios como el de camioneros de carga, los pequeños mineros artesanales, campesinos cultivadores de coca del noreste del país, entre otros, han sido uno de los principales dolores de cabeza de Santos, que ha sorteado tales manifestaciones atendiendo algunos de los reclamos, pero sin conjurarlos totalmente al punto que algunas de las protestas se reactivaron como las de los pequeños agricultores.
"Es que el inconveniente es ese: si uno levanta los bloqueos no nos ‘paran bolas’ (no prestan atención)", dijo en diálogo telefónico César Pachón, líder de los al menos 47.000 familias cultivadoras de papa y 12.000 de cebolla en Boyacá. "La policía no fue capaz de despejar Boyacá y eso que mandaron 5.000 (agentes)", añadió.
Y la intensidad de la protesta en esa región del centro del país, y en el cual al menos 1,2 millones de sus habitantes se dedican a la pequeña agricultura, fue porque "nos acabaron, ya no aguantamos más", dijo Pachón, quien recordó que ya estuvieron en paro a inicios de año, pero aseguró que los acuerdos fueron incumplidos por el gobierno.
El presidente, quien pasó de ignorar la protesta a encararla luego de que pobladores de Tunja y otras localidades manifestaran pacíficamente el domingo por la noche al hacer sonar cacerolas, asegura que no cambió su parecer sobre los bloqueos o que el gobierno no quiera atender los problemas del sector agropecuario, sino que desconocía el incumplimiento por parte del Ministerio de Agricultura.
"Anoche estuvo más tranquilo", dijo en entrevista telefónica Fabio Bustos, secretario de gobierno de Boyacá. "En mi concepto el cambio de actitud del presidente fue el cacerolazo (del domingo en Tunja), una expresión que no fue liderada por nadie…fue masivo, era la sociedad civil y pacífica", agregó el funcionario.
Los labriegos quieren no sólo subsidios que cubran la diferencia de producir por ejemplo un litro de leche, que les cuesta unos 1.000 pesos (unos cinco centavos de dólar) por litro, pero lo venden a sólo en 400 pesos (unos dos centavos), mientras que en el caso de la papa, producir un saco de 100 kilos les cuesta al menos 75.000 pesos (unos 39,4 dólares), lo venden en unos 30.000 pesos (unos 15,7 dólares), sino también asistencia técnica, bajas en los precios en los que compran abonos y fertilizantes, entre otros según Pachón.
Un eventual acuerdo, por ejemplo, sobre cómo comprar abonos más baratos podría llevar al levantamiento de los bloqueos, dijo Pachón.
"Llevamos décadas donde la política agropecuaria y desarrollo rural es bastante deficiente, apenas surgen problemas se dan prebendas y subsidios…pero detrás no hay una política", explicó telefónicamente Ana María Ibáñez, decana de la facultad de Economía de la Universidad de los Andes, en Bogotá. "No hay vías, no hay asistencia técnica…no hay una política de manejo de riesgos, no hay mercado de créditos agrícolas", añadió Ibáñez, quien aseguró que en el país no hay estudios que indiquen cuánto costaría financiar toda esa política./AP