Voceros de una asociación de campesinos del noreste colombiano denunciaron el domingo que dos manifestantes murieron en choques con unidades antimotines de la policía y el ejército que intentaban impedir que los manifestantes ingresaran a un aeropuerto regional.
Los enfrentamientos se produjeron el sábado en la noche en la zona de Ocaña, en el departamento de Norte de Santander y a unos 420 kilómetros al noreste de Bogotá, donde desde el 11 de junio al menos 8.000 manifestantes reclaman al gobierno la suspensión de planes de erradicación de coca, materia prima de la cocaína, y crear una zona de reserva en la que puedan producir cultivos legales y recibir ayuda financiera oficial.
Juan Carlos Quintero, vicepresidente de la Asociación de Campesinos del Catatumbo, que encabeza la protesta, dijo que los enfrentamientos ocurrieron cuando los manifestantes intentaron llegar al aeropuerto de Ocaña para cerrarlo y bloquear con palos y piedras la vía de acceso.
De lo ocurrido "responsabilizamos directamente al presidente Juan Manuel Santos… que ordenó el desalojo" de los manifestantes, dijo Quintero el domingo en diálogo telefónico con The Associated Press. Identificó a las dos víctimas fatales de Ocaña como Edison Franco, de 22 años, y Leonel Jacome, de 30, quienes aseguró murieron por disparos del ejército, que se apostó frente al aeropuerto.
Nohora Oliveros, secretaria de gobierno de Norte de Santander, confirmó vía telefónica los dos muertos, pero dijo que aún se investiga exactamente lo ocurrido. Indicó que en los enfrentamientos resultaron heridos seis policías y ocho civiles.
Los manifestantes atacaron con machetes a los soldados y policías e intentaron quemar la maleza de los alrededores del pequeño aeropuerto de Ocaña, añadió la funcionaria.
Varas vías permanecen bloqueadas, una que lleva de Ocaña hacia la costa del caribe colombiano, así como las de entrada y salida a Tibú, otra localidad de Norte de Santander, de acuerdo con Oliveros.
Quintero aseguró que los manifestantes son al menos 12.000 -8.000 en Ocaña y unos 4.000 en Tibú- y que no se trata sólo de cultivadores de coca sino que además se han sumado campesinos con cultivos legales como café, pequeños ganaderos, comerciantes y transportadores.
Dijo que para levantar su protesta demandan instalar en Tibú una mesa de diálogo con el gobierno y que se atiendan sus dos principales demandas: suspender la destrucción o erradicación de cultivos de coca hasta tanto haya programas en práctica de sustitución de sembradíos y crear la llamada "zona de reserva campesina" en la región del Catatumbo, que conforman siete municipios de Norte de Santander, entre ellos Tibú y Ocaña, con un total 346.000 hectáreas.
Las zonas de reserva campesinas, figura surgida por leyes de 1994, permite que campesinos trabajen de forma cooperativa en determinas zonas y tengan sus títulos de propiedad de los lotes. De esas zonas ya existen al menos seis en todo el país. El Ministerio de Agricultura ha dicho que analiza la creación de otras, pero ha rechazado la posibilidad de que la fuerza pública, como han planteado algunos sectores de campesinos, tenga el ingreso vedados a esas áreas.
El viernes el presidente Santos respondió señalamientos de voceros de las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia formulados desde La Habana, donde los dos bandos mantienen negociaciones de paz desde fines de 2012, al asegurar que los rebeldes cometían una torpeza al decir que el gobierno "oprimía" a la población en la zona de Catatumbo. Santos dijo que tal posición era una muestra clara de que las FARC habían infiltrado la protesta y ratificó que la fuerza pública no permitiría la alteración del orden.
En el Norte de Santander existen al menos 3.490 hectáreas sembradas de coca, según el informe de 2011 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, que colocó el total de esos cultivos en el país en 64.000 hectáreas./AP