EFE
La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, inauguró hoy un radar ubicado en un puerto del Pacífico, el cual servirá como herramienta para la lucha contra el narcotráfico y la pesca ilegal.
El radar, con un alcance de 50 millas náuticas, se ubica en Puerto Caldera, provincia de Puntarenas (Pacífico central) y fue financiado por el Comando Sur de Estados Unidos con un costo de 25.000 dólares, informó la Presidencia costarricense en un comunicado.
Chinchilla afirmó que durante sus cuatro años de Gobierno, que concluirán el próximo 8 de mayo, hizo de la seguridad una prioridad y aseguró que se han realizado "las mayores inversiones para mejorar la vigilancia y protección de nuestros ciudadanos y nuestro territorio por tierra, mar y aire".
"En los mares desplegamos la más fuerte estrategia de vigilancia que hasta ahora se haya conocido. He tenido una clara determinación de que Costa Rica ejerza su soberanía de manera efectiva sobre su espacio marino", expresó la presidenta.
El radar inaugurado hoy es el primero que se instala como parte de la "Estrategia Nacional de Control y Vigilancia Marítima", un proyecto que comprende hasta 13 radares y equipos de análisis de información, para lograr una vigilancia de la totalidad de las costas del Caribe y del Pacífico, así como de la Isla del Coco, ubicada en el Pacífico a más de 500 kilómetros de la costa.
El segundo radar se inaugurará en las próximas semanas en la Isla del Coco, un sitio declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, debido a su gran riqueza natural, principalmente de especies marinas.
La isla enfrenta como gran amenaza la pesca ilegal dentro de las 12 millas a su alrededor en las que está prohibido faenar.
El radar en la Isla del Coco, cuya instalación supone una inversión del Gobierno y organizaciones ambientalistas de 3,6 millones de dólares, tendrá la capacidad de detectar embarcaciones en un radio de 32 millas náuticas y trabajará junto a un sistema especializado de identificación y seguimiento.
Costa Rica es un país que se ubica en una zona del mundo por cuyos océanos se moviliza la droga desde los países productores de Suramérica hacia los mayores consumidores en Norteamérica.
Este país centroamericano, que no tiene Ejército desde 1948, tiene un tratado de vigilancia conjunta con Estados Unidos en los océanos.
El Servicio Nacional de Guardacostas costarricense está compuesto por 73 embarcaciones pequeñas y un total de 10 estaciones de vigilancia distribuidas en la costa del Caribe y en la del Pacífico. EFE