DPA
El gobierno argentino fijó hoy la pauta con que impulsará este año las negociaciones paritarias de aumentos salariales con los sindicatos, que serán de carácter anual, ante los reclamos de los gremios para que la inflación no afecte la capacidad adquisitiva de los trabajadores.
El jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, ratificó hoy que las negociaciones salariales para el sector público "se mantendrán inalterables". Se deben ejecutar en el "transcurso de un año y no hay condiciones objetivas para modificar esa estrategia desde el punto de vista de la negociación".
Capitanich respondió así a los reclamos de que se otorge primero una suma fija en concepto de aumento a cuenta y se posterguen las negociaciones hasta que se aclare el escenario económico, en especial el de la evolución de la inflación tras la devaluación que registró el peso en enero, cuando se depreció más de un 22 por ciento frente al dólar.
Varios sindicatos ya acordaron el pago en el primer trimestre del año de una suma fija a cuenta de futuros aumentos, como por ejemplos el de trabajadores bancarios, el gremio del transporte, el sector aceitero y el petrolero.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibirá a última hora de este martes a la cúpula de la facción oficialista de la central obrera Confederación General del Trabajo (CGT), tras el reto público de la mandataria a su dirigente Antonio Caló por haber dicho que los trabajadores sufrían "hambre" por el impacto de la inflación sobre los salarios.
Los ministros de Economía de 14 provincias y la ciudad de Buenos Aires se reunieron este lunes y coincidieron en que ofrecerían un techo del 25 por ciento en las negociaciones salariales en sus distritos, ante las dificultades financieras para otorgar aumentos mayores.
El líder de la CGT opositora, Hugo Moyano, aceptó la discusión anual salarial pero pidió que no se fijen límites. "Los topes que se los pongan ellos. A nosotros nadie nos pone topes", declaró Moyano.
Varios gremios, tanto estatales como opositores, también se opusieron a aceptar el límite del 25 por ciento de aumento salarial, después de que la inflación alcanzara en 2013 un 28,3 por ciento, según el promedio realizado por legisladores de la oposión en base a resultados de consultoras privadas, y una estimación de cerca de un 30 por ciento para este año.
"Ponerles un techo a las paritarias es autoritario", consideró el dirigente de facción opositora de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Pablo Micheli.
"El gobierno no tiene por qué imponer un porcentaje. No se prevé que nadie pueda imponer un porcentaje a menos que sea en el marco de la discusión paritaria. Para no perder estamos hablando de esos porcentajes (más de un 30 por ciento) y de abrirla cada tres o cuatro meses, porque con estos niveles de inflación no sabemos cómo será en marzo o abril", señaló el sindicalista.
El líder de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Julio Fuentes, anticipó al diario "Clarín" que "nadie va a arreglar por menos del 30 por ciento".
El secretario general de la Unión de Docentes de la Provincia de Buenos Aires (Udocba), Miguel Díaz, insistió por su parte en reclamar que el salario básico de los maestros en ese distrito aumente de los 3.600 pesos (460 dólares) a un mínimo de 6.400 pesos (820 dólares).
"Nuestros salarios son miserables en serio", cuestionó en declaraciones a radio Mitre. El dirigente advirtió que en estas condiciones "no pueden empezar" en marzo las clases. "Como nunca, hay un estadío de bronca, de frustración" entre los maestros, advirtió.
2014-02-11