EFE
La coincidencia de varios incidentes violentos protagonizados por grupos neonazis en los últimos meses han provocado preocupación en la sociedad sueca y protestas contra la creciente visibilidad de los movimientos de extrema derecha.
El desencadenante último es un incidente registrado la madrugada del domingo en Malmö, al sur del país, en el que cuatro personas resultaron heridas en un enfrentamiento tras una manifestación de grupos de izquierda por el Día Internacional de la Mujer.
Uno de ellos, un joven de 25 años, permanece ingresado en coma tras sufrir varias puñaladas, y hay tres personas detenidas, sospechosas de varios intentos de asesinato.
Aunque la policía se ha mostrado prudente sobre los hechos y los motivos de los autores, el extraparlamentario Partido de los Suecos ha admitido que dos de los detenidos son miembros de esa formación de ultraderecha, aunque asegura que se limitaron a defenderse de una agresión.
Miles de personas se manifestaron el domingo por todo el país y las concentraciones se han repetido en los últimos días.
Al día siguiente del ataque en Malmö, dos escuelas de Estocolmo con clases especiales para alumnos judíos aparecieron pintadas con símbolos nazis, incidente que también ha recibido atención en los medios suecos, que han dedicado portadas al auge de la ultraderecha.
A la vez que las movilizaciones se han ido sucediendo, también lo han hecho las reacciones en el arco político.
El primer ministro, el conservador Fredrik Reinfeldt, reconoció la preocupación ante el nazismo que "ensucia" el clima social y alertó contra un núcleo de activistas "muy violento y agresivo".
El líder de la oposición, el socialdemócrata Stefan Löfven, ha llamado a todos los partidos a unirse a un debate sobre si Suecia está preparada para afrontar la amenaza neonazi.
De la invitación sólo ha quedado excluido Demócratas de Suecia, una formación xenófoba con representación parlamentaria desde 2010 y a la que el resto de partidos del Legislativo hace el vacío.
El portavoz socialdemócrata en asuntos judiciales, Morgan Johansson, ha pedido la comparecencia en el Parlamento del jefe de los servicios de inteligencia (Säpo), Anders Thornberg.
"No se puede excluir que haya un Breivik sueco en esos grupos. La tarea del Säpo es examinarlos", dijo Johansson, en alusión al autor de los atentados de 2011 en la vecina Noruega, en los que murieron 77 personas.
Suecia tiene dos precedentes de "lobos solitarios" de ideología ultraderechista que atacaron a inmigrantes: John Ausonius, "el hombre láser", y Peter Mangs, el "francotirador de Malmö", ambos cumpliendo en la actualidad cadena perpetua por varios asesinatos.
El incidente del pasado fin de semana sucede a menos de tres meses de que un grupo de neonazis del Movimiento de Resistencia Sueco atacase a los asistentes de una manifestación antirracista en Kärrtorp, al sur de Estocolmo, hiriendo a varias personas.
Siete de los agresores están pendientes de recibir sentencia tras finalizar la semana pasada el juicio.
El último informe anual de la revista "Expo", dedicada a analizar los movimientos de ultraderecha, constató una mayor actividad en esos círculos, que se teme pueda aumentar antes de las elecciones legislativas y municipales de septiembre.
Una docena de miembros de varios grupos de extrema derecha suecos han viajado en las últimas semanas a Kiev para participar en las revueltas contra el anterior gobierno, apoyando a partidos de ideología similar como Sector Derecho y Svoboda.
Uno de los tres detenidos por el incidente de Malmö acababa de regresar de Ucrania, según ha revelado "Expo".
El Säpo había admitido días antes que sabía de la presencia de nazis suecos en Ucrania, pero que no le constaba que tuvieran intención de cometer delitos con motivaciones políticas en Suecia.
El Partido de los Suecos, surgido en 2009 a partir del Frente Nacionalsocialista, rechaza la vinculación con el nazismo, aunque defiende una Suecia "étnicamente homogénea".
En las elecciones municipales de 2010 obtuvo un concejal en Grästorp, el primero de un partido nazi en Suecia en 70 años, aunque en las generales sólo logró el 0,01% de los votos. EFE