En momentos que millones de estadounidenses se apresuran a hacer sus declaraciones de impuestos antes de la fecha tope del martes, sus probabilidades de ser sometidos a una auditoría fiscal son las más bajas en años.
Las reducciones de presupuesto y las nuevas responsabilidades han abrumado la capacidad del Servicio de Rentas Internas (IRS) de revisar las declaraciones. Este año, el IRS tendrá menos agentes dedicados a auditar declaraciones que en cualquier otro momento desde por lo menos la década de 1980.
Pero las compañías que prestan servicio a los contribuyentes también la pasan mal y millones de llamadas telefónicas al IRS no tienen respuesta.
"Seguimos concentrados en los que parecen ser los peores", dijo el comisionado del IRS, John Koskinen, en una entrevista. "Pero debe haber personas a quienes deberíamos atrapar, lo mismo para cobrarles que para enjuiciarlos, que no podremos atrapar".
Pero los avances en tecnología ayudan a compensar algunas reducciones de presupuesto.
Si usted declara haber ganado 40.000 dólares y su empleador notifica al IRS que en realidad ganó 50.000, las computadoras de la entidad probablemente lo detecten. Lo mismo se aplica a ingresos por inversiones y muchas deducciones comunes que las instituciones financieras reportan al IRS.
Pero si usted opera un negocio que funciona fundamentalmente con efectivo, con ingresos o gastos que no se reportan independientemente al IRS, las probabilidades de que lo atrapen son menores que en años anteriores.
El año pasado el IRS auditó menos del 1% de todas las declaraciones de individuos, la menor tasa desde 2005. Y este año, dijo Koskinen, "la cifra será menor".
Koskinen fue confirmado en el cargo en diciembre y dirige una entidad que tiene que defenderse en muchos frentes.
El año pasado, el IRS reconoció que agentes se centraron indebidamente en grupos conservadores para un análisis más exhaustivo cuando solicitaron el estatus de exención fiscal entre 2010 to 2012. La revelación llevó a cinco investigaciones, que aún no han concluido, entre ellas tres de comisiones del Congreso, y la indignación de legisladores que controlan el presupuesto de la entidad.
El IRS también está encargado de implementar una parte importante de la nueva ley de servicios médicos, como hacer cumplir el mandato de que la mayoría de la población compre un seguro médico. Los legisladores republicanos aborrecen la ley, lo que significa un mayor escrutinio para la agencia.
Esa animosidad se refleja en el presupuesto del IRS, que ha bajado de 12.100 millones de dólares en 2010 a 11.300 millones en el año fiscal en curso.
Obama ha propuesto un aumento de 10% a ese presupuesto para el próximo año, pero los republicanos se niegan.
El representante Ander Crenshaw, republicano por Florida y presidente de la subcomisión de la Cámara de Representantes que supervisa el presupuesto del IRS, calificó la solicitud de Obama de "tanto sin sentido como inútil" porque excede los límites de gastos ya aprobados por el Congreso.
Koskinen dijo que sospecha que algunos piensan que si reducen los fondos al IRS, la agencia no podrá implementar la ley de servicios médicos. Pero están equivocados, dijo.
El IRS está legalmente obligado a hacer cumplir la ley de servicios médicos, explicó Koskinen, y eso significa que los recortes de presupuesto tendrán que salir de otra parte.
El comisionado dijo que puede reducir el gasto en tres áreas: labores de vigilancia y control, servicios a los contribuyentes y tecnología. Pero la modernización tecnológica sólo puede posponerse cierto tiempo, de manera que los otros dos rubros son los que sufren.
El año pasado, sólo 61% de las personas que llamaron a la agencia para solicitar asistencia la recibieron. Este año, Koskinen dijo que espera que la cifra sea similar. Para liberar a operadoras, a las personas que llaman con preguntas de impuestos complicadas se les pide que visiten el portal de internet.
Y las probabilidades de que lo auditen a uno dependen de los ingresos: mientras más dinero gane, mayor es la posibilidad de recibir una carta del IRS. /AP