Egipto espera con tensión el vencimiento del ultimátum del Ejército al presidente Mohamed Mursi para encontrar una salida a la crisis desatada en el país después de que la oposición reuniera 22 millones de firmas para exigir su renuncia y la celebración de elecciones anticipadas.
"Dimisión o destitución", titulaba hoy el diario de gran tirada "Al Ahram".
Mursi es el primer presidente egipcio elegido democráticamente, pero los frentes entre el gobierno y la oposición se han endurecido en los últimos días, cuando el país ha vivido multitudinarias protestas de seguidores y detractores del presidente, que han derivado en violencia: sólo en la noche del martes al miércoles hubo al menos 22 muertos.
El Ejército ya ha anunciado que implementará su hoja de ruta para la celebración de nuevas elecciones, si Mursi no actúa. "Al Ahram" publicaba hoy los detalles de su plan, que pasaría por la suspensión de la Constitución y la creación de un gobierno de transición, de lo que se desprende también la destitución del presidente.
En un mensaje colgado en la red social facebook, los militares anunciaron que lucharán contra todo lo que perjudique al pueblo, por ejemplo, contra terroristas y extremistas.
Sin embargo, no está claro a qué hora exacta vence el ultimátum: el lunes, sobre las 16:30 horas (14:30 GMT), la televisión y radio pública de Egipto retransmitió un comunicado del jefe del Ejército y ministro de Defensa, el general Abdel Fattah al Sisi en el que se daba 48 horas a las partes en conflicto para llegar a una solución. La cuenta atrás se inició entonces, por lo que se cree que el ultimátum vencería entre las 16:00 y las 17:00 horas (14-15:00 GMT).
Sin embargo, Mursi se resiste: en un discurso emitido en televisión, no mostró disposición alguna al compromiso y reiteró que fue elegido democráticamente por lo que no se plegará a presiones. "Soy el presidente de Egipto, que representa a todos los egipcios", dijo al tiempo que anunció una serie de medidas para llegar a un acuerdo con sus opositores, por ejemplo, mediante una restructuración de gobierno. Mursi dijo que no busca la confrontación con las fuerzas armadas ni el uso de la violencia y prometió corregir errores.
El movimiento de protesta en torno al grupo Tamarrud (rebelión) critica a Mursi por su estilo de gobierno autoritario, una continua islamización del país y el empeoramiento de la situación económica. Sus seguidores ven sin embargo la crisis como una lucha de poder ideológica a favor y en contra del islam y se oponen a la destitución de su presidente, también islamista.
La Unión Europea (UE), mientras tanto, ha llamado a los egipcios a la calma con vistas al vencimiento del ultimátum. "La confrontación no puede ser una situación", dijo la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, en Bruselas. Es necesaria una solución política basada en el diálogo, señaló. /DPA