EFE
Con la máxima de que todas las obras cuesten entre 100 y 10.000 dólares, la Feria de Arte Asequible se desarrolla este fin de semana en Nueva York sacudiéndose con gracia el elitismo del arte contemporáneo, abriéndose a los cazatalentos y sin olvidarse de obras "low cost" de Damien Hirst o Anish Kapoor.
Si en 2013 la burbuja del arte empujaba sus límites hasta los 140 millones de dólares (101 millones de euros) pagados por un tríptico de Francis Bacon o los 100 (72,5 millones de euros) conseguidos por un Warhol, el arte tiene que recordar de vez en cuando que no es un lujo único y exclusivo de los multimillonarios.
"Tenemos una misión con la nueva generación de coleccionistas, tienen que empezar por algún lado. Aquí puedes hacer cualquier pregunta, los precios están en la pared. Hemos querido despojarnos de todos los factores intimidatorios que arrastran otras ferias de arte", explica a Efe la directora de Affordable Art Fair en Nueva York, Cristina Salmastrelli.
La iniciativa comenzó en Londres en 1999 y se ha extendido ya por trece ciudades del mundo. En Nueva York se expondrán hasta el domingo las propuestas de 78 galerías de todo el mundo, la mitad de ellas de Estados Unidos, y las obras que exponen suman 45 millones de dólares (32,6 millones de euros), menos de una tercera parte que el récord histórico marcado por la pintura de Bacon en 2013.
"Tenemos mucha suerte, porque aquí la gente viene a comprar y tenemos mucha diversidad de asistentes. Hay gente que nunca ha comprado nada, hay coleccionistas muy importantes dispuestos a ver cuál será el próximo fenómeno. El próximo Bacon va a ser vendido aquí. Ambas tendencias tienen que coexistir e incluso tenemos aquí piezas de Hirst y Kapoor", asegura Salmastrelli.
Dentro de la oferta de esta edición de la feria más desenfadada de Nueva York, entre galerías tan reconocidas como Manifold Editions, Rebecca Hossack Gallery, Cube o Bicha, también hay representantes latinas, como la española Villa del Arte y la argentina Centro de Edición, en la primera planta, donde se combinan nuevos talentos con artistas ya consagrados, o la brasileña Saci!, en la parte dedicada al arte emergente.
"Hay arte accesible mejor que otro, pero creo que está bien esta etiqueta. Pescan una clientela distinta, más ‘funky’, más abierta, que vienen a comprar", asegura a Efe el holandés residente en Barcelona Bert van Zetten, quien ha traído con su galería a Nueva York obras como las fotografías del colombiano Willy Rojas o las propuestas de los catalanes Lluis Cera o Joan Peris.
Villa del Arte participa por octava vez en esta feria, mientras que los argentinos de Centro de Edición cumplen su cuarta vez bajo la etiqueta de "asequible" con obras de, entre otros artistas, Beatriz Gratta.
"Nos dedicamos a la realización y a la venta de obras impresas sobre papel en técnicas como grabado o litografía. Con papel el objetivo es poder llegar a un montón de personas; por eso esta feria más democrática nos gusta. Es cortar y salir de la estructura de que el arte es solo para una elite y para un sector, mientras los demás miran. Aquí compran jóvenes e incluso estudiantes", dice a Efe la directora general de la galería porteña, Natalia Giacchetta.
Por su parte, Saci! no es una galería sino una plataforma cooperativa brasileña que acude a la Feria de Arte Asequible por cuarto año, esta vez con artistas únicamente brasileños, como la fotógrafa Claudia Perpetuo, que recorre en sus imágenes la expresividad de las arrugas en las manos de la gente mayor.
Uno de los responsables de esta plataforma, Bruno Perpetuo, explica a Efe que esta feria es "una declaración de principios" de la que se siente orgulloso de participar y reconoce que en su espacio han incluido todo tipo de arte, "fotografía, arte callejero, digital, óleos… Hay de todo. No hay manera de identificar la plataforma", dice.
Pero al margen de estas galerías, la presencia latina se extiende a otras galerías, como la artista nacida en el Bronx Julia Rivera, que expone en la galería José-Marc "una serie de las mujeres aplatanadas, gente que no tienen ganas de hacer nada", explica la artista de origen boricua a Efe.
"Todas las mujeres que represento son como santas: santa Aplatanada, santa de Sálvame el Corazón…", explica, quien se siente impresionada por la cantidad de compras que genera este feria, que se celebra también en Ciudad de México, Milán y Singapur. EFE