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El Fujimorazo, la historia de nunca acabar

Miércoles, 29 de marzo de 2017 a las 08:00 pm
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Fujimorazo fue el nombre que se le dio al golpe de Estado dado por el entonces presidente de la República del Perú, Alberto Fujimori, el 5 de abril del año 1992, cuando con el apoyo de las fuerzas armadas de su país, disolvió el Congreso nacional e intervino el Poder Judicial. 

Alberto Fujimori había llegado a la presidencia en abril de 1990, mediante un proceso electoral, definido en segunda vuelta, en la cual se enfrentó Mario Vargas Llosa, entonces candidato del partido Frente Democrático y Alberto Fujimori representando la tolda política Cambio 90. En esa oportunidad se renovó también la totalidad del Poder Legislativo, conformado por 180 Diputados y 62 Senadores. 

El triunfo de Fujimori fue contundente, debido a que logró imponerse con casi dos millones de votos sobre su contrincante. Sin embargo, en lo atinente a la conformación del Poder Legislativo, el recientemente creado partido Cambio 90, no salió favorecido, y solamente pudo obtener una pequeña minoría, que sin lugar a dudas garantizaría el contrapeso que en democracia se requiere para un sano ejercicio del poder. 

Para ese momento, la situación interna del Perú era sumamente demandante, debido a que el Estado se enfrentaba a una guerrilla en expansión, con importante presencia en diversos sectores de la vida nacional; por lo que el nuevo Presidente no vaciló en solicitar al renovado Congreso, la concesión de amplios poderes que no le fueron otorgados y muy por el contrario, en febrero de 1992, el Poder Legislativo aprobó la ley N° 25397, mediante la cual se imponía un control parlamentario sobre los actos normativos del Presidente de la República, a quien ya la Cámara del Senado investigaba por supuestas violaciones a los derechos humanos. 

 – ¿Qué decía Fujimori?

En su primer pronunciamiento ante la prensa nacional y extranjera, a menos de 24 horas de su denominado Manifiesto a la Nación, Fujimori negó que haya perpetrado un golpe militar.

Fujimori se sentía respaldado por la población porque una encuesta de la época arrojó que un 80% de limeños estaba a favor de la disolución del Congreso.

A los canales de televisión no se les permitió grabar ni difundir imágenes del desplazamiento de tanques y la retención de personas incómodas al régimen en sus propias viviendas.

– Las reacciones

Desde Berlín, Mario Vargas Llosa, que dos años atrás había perdido las elecciones presidenciales frente a Fujimori, declaraba a la agencia EFE horas después del autogolpe "pienso llamar a todas las puertas para lograr el respaldo internacional, que permita hacer una presión fuerte y decisiva sobre los golpistas con el fin de que tengan que dar marcha atrás".

Mientras que el ex presidente Fernando Belaunde le envió una misiva al presidente del Senado, Felipe Osterling, a través de la cual condenada las acciones de Fujimori.

Otros pronunciamientos en contra fueron de parte de partidos políticos como Acción Popular, del Colegio de Abogados de Lima, la Asociación de Radio y Televisión, y los gremios periodísticos. A favor se pronunciaban los oficiales en retiro de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional y, por supuesto, Cambio 90, el partido de gobierno.

De ahí en adelante, se consolidó en América Latina la figura del Fujimorazo o el mal llamado "autogolpe", como la expresión de un ejercicio de poder por parte del Ejecutivo, tendente a conculcar la autonomía de los poderes públicos y de esa manera ejercer la autoridad sin control alguno.

Alberto Fujimori se mantuvo en el poder hasta el año 2000, cuando salió del Perú con el supuesto propósito de asistir a una cumbre del Foro de Cooperación Asia Pacífico, y terminó refugiado en Japón amparado en su doble nacionalidad. Actualmente, cumple una condena por violaciones de derechos humanos, peculado doloso, apropiación de fondos y falsedad ideológica en agravio del Estado. 

2017-03-30