Dos ensayos clínicos probarán por primera vez en el Reino Unido la capacidad de la terapia con genes para tratar a los pacientes con insuficiencia cardíaca, informó hoy la Fundación British Heart (BHF).
Más de 200 pacientes se someterán a esta terapia pionera, nunca probada en humanos en el Reino Unido, diseñada para mejorar la capacidad de contracción de las células musculares del corazón.
Las pruebas serán dirigidas por el doctor Alxander Lyon y el profesor Sian Harding en colaboración con otros investigadores y expertos del Imperial College de Londres y el Hospital Royal Brompton.
La terapia génica consiste en incrementar los niveles de la proteína SERCA2a en las células musculares del corazón a través de un virus inofensivo para el ser humano.
Tras veinte años de investigación financiada por la citada fundación, los expertos identificaron esta proteína como un factor importante que afecta a la contracción de las células del corazón.
La insuficiencia cardíaca, que se da cuando el corazón es incapaz de bombear sangre de forma adecuada, afecta a más de 750.000 personas en el Reino Unido, que sufren falta de respiración y otras dificultades en su día a día, informó hoy el Imperial College de Londres.
"Los medicamentos puede ofrecer algo de alivio, pero actualmente no hay ninguna forma de restaurar la función del corazón. Este estudio ofrece una promesa real", señaló el director médico de la BHF, Peter Weissberg.
El primer ensayo, llamado CUPID2, comenzará en unas pocas semanas en la Unidad de Investigación Biomédica Cardiovascular del hospital Royal Brompton con la participación de 200 pacientes de varios centros hospitalarios británicos.
CUPID2 intentará demostrar que el incremento de la proteína SERCA2a es seguro y que puede mejorar tanto la calidad como la duración de la vida de los pacientes de insuficiencia cardiorrespiratoria.
La segunda prueba, bautizada SERCA-LVAD, no comenzará hasta el verano y probará la terapia génica en 24 pacientes británicos a los que ya se les han incorporado dispositivos de asistencia ventricular (VAD, por sus siglas en inglés). /EFE