La zona sur de Estados Unidos es donde el presidente Barack Obama y los demócratas han batallado más y donde el partido tiene su mayor reto este año por el control del Senado federal.
Tres titulares tendrán que enfrentar las consecuencias de apoyar la ley de servicios médicos de Obama, pero primero los republicanos deben decidir las primarias en varios estados, incluido una impugnación al líder de la minoría, Mitch McConnell, de Kentucky.
Todas excepto una de las campañas potencialmente competitivas es en un estado que Obama perdió en 2012, y el presidente se sigue siendo profundamente impopular entre los blancos no hispanos de la región. Por su parte, los republicanos se muestran optimistas de que pueden ganar los seis escaños necesarios para retomar el control del Senado.
Los senadores demócratas Kay Hagan de Carolina del Norte, Mary Landrieu de Luisiana y Mark Pryor de Arkansas irán a elecciones por primera vez desde que votaron por la Ley de Servicios Médicos Asequibles en 2010. El problemático comienzo de la implementación de la ley y la percepción de que fue un arrebato de poder, ha dejado a los titulares a la defensiva, que se han dedicado a hacer énfasis en los temas locales y han evitado la mención innecesaria de Obama.
La firma de encuestas Gallup coloca el índice de aprobación de Obama entre 40 y 45, menor aún en varios estados donde habrá elecciones clave por el Senado. Los republicanos quieren alimentarse de eso y seguir la misma hora de ruta que los llevó a controlar la Cámara de Representantes en 2010, en las elecciones de medio término del primer período de Obama.
"Los demócratas esperan que esto no se convierta en una elección nacional, pero no pensamos que sea el caso", dijo Michael Short, portavoz del Comité Nacional Republicano.
Los demócratas quieren que las primarias republicanas proyecten divisiones y extremismo. En momentos en que el Congreso es menor popular que el presidente, buscan destacar a esos candidatos republicanos al Senado que ya sirven en la Cámara.
En 2012 los demócratas desafiaron los pronósticos iniciales y ampliaron su mayoría en el Senado al ganar en Missouri e Indiana, dos estados conservadores donde los candidatos republicanos tropezaron con sus propios pronunciamientos sobre la violación a mujeres y otros temas. /AP