EFE
El presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, ha calificado hoy el intento de golpe de Estado que sufre el país como un regalo de Dios que permitirá limpiar el Ejército.
"Este levantamiento, este movimiento es un gran regalo de Dios para nosotros. Porque el Ejército será limpiado", afirmó el mandatario en rueda de prensa al poco de aterrizar en Estambul, asegurando que los golpistas pagarán cara su "traición".
En su alocución, desde el aeropuerto Atatürk de la metrópolis eurasiática, Erdogan acusó a los militares golpistas de levantarse contra un Gobierno que "llegó al poder con el voto del pueblo".
"Esto es traición. Pagarán un precio muy alto", amenazó el jefe del Estado y hombre fuerte del país.
Erdogan afirmó que los militares "no pueden aceptar" su triunfo en la urnas.
El actual presidente llegó al cargo en 2014 con el 51,8 por ciento de los votos. Antes de eso, gobernó como primer ministro desde 2003 con sucesivas mayorías absolutas de su partido, el islamista AKP.
El jefe del Estado negó que los golpistas hayan logrado hacerse con el control del país y afirmó que sólo un pequeño grupo de militares ha participado en la intentona.
"Nunca cederemos nuestro país a los ocupantes. El final de esto será bueno", prometió.
Erdogan convocó a los mandos militares a "ser respetuosos con los valores de esta nación" y afirmó que hay miembros del Ejército recibiendo "órdenes de Pensilvania", en referencia a la residencia en el exilio de Fethullah Gülen, un influyente predicador islamista, antigua aliado del AKP y ahora enfrentado a él.
Erdogan dijo que la intentona golpista prueba que son ciertas las acusaciones de terrorismo que lleva haciendo contra la influyente cofradía dirigida por Gülen, con muchos seguidores en las fuerzas de seguridad y la judicatura turca.
El presidente se refirió a los soldados como sus "hijos" y les pidió que no vuelvan sus armas contra sus padres y madres.
2016-07-15