El conocido hasta ahora como uno de los destacados disidentes de las protestas estudiantiles de la plaza Tiananmen de 1989, Fang Lizhi, niega ahora en una biografía póstuma haber tenido ese rol en las manifestaciones que pedían democracia en el país asiático y que acabaron en masacre.
Fang Lizhi no fue la "mano negra" detrás del movimiento del 89, señala él mismo en una biografía póstuma recientemente publicada y que recoge hoy el diario "South China Morning Post", tras más de un año de su muerte en Estados Unidos a los 76 años de edad.
Fang y su esposa, Li Shuxian, se refugiaron poco después de la dura represión militar de las protestas de la plaza de Tiananmen del verano de 1989 en la embajada estadounidense en la capital china durante trece meses hasta que pudieron exiliarse en Estados Unidos.
Allí Fang reanudó su trabajo docente y se convirtió en un reconocido profesor de astrofísica en la Universidad de Arizona, estado en el que terminó sus días.
El astrofísico chino ahora utiliza su biografía para descartar el importante papel en las protestas con el que todos estos años se le identificó y defiende que fue "su carácter como científico -y perseverancia buscando la verdad-" lo que le llevó a ser uno de los hombres más buscados de China y lo que, finalmente, le forzó al exilio, según relata él mismo.
"Espero que mi autobiografía ayude a esclarecer cómo fui guiado por (el espíritu de) la ciencia y la democracia para acabar en el camino sin final de ser el hombre más buscado (por las autoridades chinas)", se destaca en la cubierta del libro, que salió a la venta el viernes en Hong Kong.
El periódico que recoge hoy detalles de la publicación -y que tiene base en Hong Kong- destaca que Fan, quien comenzó a escribir su biografía más de 20 años antes de su fallecimiento, reitera en el mismo que "la democracia no es un bien concedido desde arriba; tiene que ganarse por el esfuerzo de la gente".
Fue las palabras que pronunció en un famoso discurso en 1986 siendo vicepresidente de la Universidad de Ciencia y Tecnología en Hefei, provincia oriental de Anhui, y que tres años más tarde inspirarían el movimiento estudiantil de Tiananmen.
Fang precisa que con algunas de las iniciativas que molestaron a los "altos cargos" sólo quiso expresar "su honesta opinión como científico sobre el desarrollo de China".
"Aprendemos de la ciencia (a ser) abiertos, honestos y a no tener miedo", asegura Fang en su biografía.
El astrofísico chino fue el autor de una carta abierta el 6 de junio de 1989 en la que se urgía a Deng Xiaoping a liberar a todos los prisioneros políticos para llevar a cabo una especie de "amnistía masiva" de cara a la celebración del 40 aniversario de la República Popular.
No obstante, Fang en su autobiografía insiste en que la política nunca fue un tema "de su agrado".
Fang trata de restar importancia a sus apariciones en las protestas al asegurar que hizo todo lo posible por no participar en los encuentros de Tiananmen, especialmente, durante los dos meses que duraron las manifestaciones pro-democracia y que acabaron en la masacre del 4 de junio de 1989, cuando las imágenes de los tanques comunistas en las calles de Pekín dieron la vuelta al mundo.
"Si hay algo en lo que contribuí al movimiento (democrático), podría ser mi simple mensaje (democrático), que tocó la fibra sensible… Del público", sostiene Fang. EFE