EFE
Un traficante de drogas que lleva casi dos décadas en el corredor de la muerte y que fue condenado por el asesinato de un agente, que detuvo a su compinche en un control de tráfico, con un paquete bomba será ejecutado hoy en una prisión del estado de Florida (EE.UU.).
Paul Augustus Howell, de raza negra, será ejecutado por inyección letal en la Prisión Estatal de Florida, en la localidad de Raiford, por la muerte en 1992 del agente de carreteras Jimmy Fulford, de 35 años.
El agente, que había detenido a Lester Watson, compinche de Howell, por exceso de velocidad, falleció al abrir un paquete bomba que el condenado había construido y cuyas destinatarias finales en realidad eran dos mujeres de la localidad de Marianna, en el noreste de Florida, que al parecer estaban al corriente de un asesinato en el que el reo estaba implicado.
La fecha de ejecución de Howewll ha sido aplazada en varias ocasiones por medio de recursos y apelaciones interpuestos por la defensa.
El traficante de drogas, de origen jamaiquino, que residía en la ciudad de Fort Lauderdale, al norte de Miami, construyó el paquete que contenía un artefacto explosivo con el objetivo de "asesinar a dos potenciales testigos relacionados con otro caso de asesinato por drogas", indicó el canal local 5 WPTV.
Howell pagó a Watson para que condujera un coche alquilado y entregara un paquete envuelto en papel de regalo que contenía un microondas que, al abrirlo, accionaba un potente dispositivo explosivo en su interior.
Una de las mujeres contra las que quería atentar Howell le había dicho que necesitaba un microondas para calentar la comida de su bebé, agregó el canal.
El agente de carreteras Fulford detuvo a Watson por exceso de velocidad en el condado de Jefferson, quien dio un nombre y una fecha de nacimiento falsos.
Cuando la Policía contactó con Howell para preguntarle si Watson tenía permiso para conducir el vehículo alquilado a su nombre, éste dijo que sí, pero no hizo ninguna mención de la bomba que se encontraba en el maletero.
El agente poco después abrió el paquete bomba y murió a consecuencia de la potente explosión, que dejo un agujero en la autopista.
Florida ha ejecutado a 82 reos con inyección letal desde que se restableció la pena capital en el estado en 1976, según datos del Departamento de Prisiones.
El último condenado a muerte en el estado de Florida fue el cubano Juan Carlos Chávez, condenado por el asesinato del niño Jimmy Ryce.
A Chávez, de 43 años, le suministraron la inyección letal el pasado 12 de febrero en la prisión de Starke, en el norte de Florida, tras recibir una decisión adversa del tribunal federal sobre la nueva droga usada en el cóctel mortal del estado.