EFE
Latinoamérica está abocada a un cuarto año consecutivo de desaceleración en 2015, mientras que las reformas y medidas para absorber los choques se están tomando de manera desigual, lo que mantiene la intranquilidad y el peligro en diversos frentes, según afirmó hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El informe de Perspectivas Económicas Globales del FMI, divulgado esta semana al inicio de la reunión de primavera del organismo en Washington, pronostica una desaceleración de Latinoamérica hasta el 0,9 % en 2015, con un repunte hasta el 2 % en 2016.
"A diferentes velocidades, muchos países están entrando en una fase de desaceleración, que se ha vuelto larga porque para algunos países el ajuste se postergó mucho y, en otros casos, cuando unos salen del ajuste, otros entran", aseguró hoy en entrevista con Efe Alejandro Werner, director del FMI para Latinoamérica.
Tras una década de bonanza económica, un Fondo más confiado en la capacidad de respuesta de Latinoamérica delineó hoy los puntos más vulnerables ante un entorno mundial de crecimiento débil que no permite a la región bajar la guardia.
"La reformas estructurales son lo más importante. En alguna medida creímos que los factores de fondo que determinan el crecimiento habían cambiado y que la región estaba en una trayectoria de crecimiento sostenible alto independientemente del precio de las materias primas, pero nos hemos dado cuenta que ése no es el caso", explicó Werner, que encabezó hoy una rueda de prensa para explicar los desafíos de la región.
El FMI alertó hoy de que esos desafíos pasan por incentivar la demanda doméstica, evitar el "excesivo estímulo" que reduzca aún más el ya mermado espacio fiscal y se aborden las reformas necesarias para aumentar la productividad y la inversión.
La caída de los precios del petróleo golpea con especial fuerza a Venezuela, cuya economía retrocederá un 7 % en 2015; la apreciación del dólar y la subida de los tipos de interés en Estados Unidos expone a economías como la ecuatoriana, y el lento ritmo de reformas sigue siendo la asignatura pendiente del gigante brasileño.
Por eso, Werner opinó hoy que las recetas para reforzar las economías de la región son diversas y requieren voluntad política y planificación ordenada.
"En algunos casos, las medidas se podían haber tomado antes, pero creo que los países han estado reaccionado poco a poco", subrayó Werner, quien opinó que los fundamentos económicos de la región en general son más sólidos que en el pasado.
Las reformas son la asignatura pendiente de la primera economía del subcontinente, Brasil, que entrará en recesión en 2015 con una caída del 1% y que aún sigue necesitando ajustes que aumenten su potencial de crecimiento.
En este sentido, Krishna Srinivasan, subdirector para latinoamérica del FMI, reconoció que el Fondo ha rebajado el potencial de crecimiento de Brasil para el largo plazo del 3 % al 2,5 %, debido en parte a la falta de mejora de la productividad, las inversiones o de la confianza empresarial.
Entre los que se recuperan con fuerza figura México, que ha pasado de crecer un 1,4 % en 2013 a tener unas proyecciones de mejora del 3 %, pese a lo cual las cifras están por debajo de lo previsto anteriormente por el Fondo.
No obstante, México se ha beneficiado en gran medida del ciclo de crecimiento estadounidense y aún no está viendo resultados internos significativos tras las reformas incidas por el Gobierno de Enrique Peña Nieto.
"Hay factores que indican que la reforma energética, de telecomunicaciones y educativa empujarán el crecimiento en el mediano plazo", señaló Werner.
Medidas como la ambiciosa reforma del monopolio petrolero, en opinión del Fondo, aumentará la producción de hidrocarburos y permitiría la reducción del precio de las tarifas eléctricas, lo que tendría un efecto positivo en la competitividad.
Werner también opinó sobre la crisis económica venezolana, que está sufriendo de manera especialmente acuciante por la caída de los precios del petróleo a nivel mundial.
El director regional del FMI reconoció que Venezuela está enfrentándose a la situación con ajustes desordenados y "más costosos de lo necesario" que se expresan en una inflación rampante, escasez de divisas y productos, y una reorganización del gasto que no permite frenar esos efectos.
2015-04-17