Paola Ñáñez
La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) reaccionó ante la decisión de la Corte Suprema de EEUU de aprobar el matrimonio igualitario en los 50 estados que conforman el país y catalogó el hecho como un “trágico error” ya que a su parecer “perjudica el bien común y a los más vulnerables entre nosotros”, así lo aseguró el arzobispo Joseph E. Kurtz, presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.
Declaración completa traducida:
Independientemente de lo que una estrecha mayoría de la Corte Suprema puede declarar en este momento de la historia, la naturaleza de la persona humana y el matrimonio permanece inalterado e inalterable. Al igual que el caso Roe v. Wade no resolvió la cuestión del aborto hace más de cuarenta años, Obergefell v. Hodges no resuelve la cuestión del matrimonio hoy. Ni la decisión se basa en la verdad, y como resultado, ambos finalmente fallarán. Hoy la Corte se equivoca de nuevo. Es profundamente inmoral e injusto que el gobierno declare que dos personas del mismo sexo pueden constituir un matrimonio.
El significado único del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer se inscribe en nuestros cuerpos como varón y mujer. La protección de este significado es una dimensión crítica de la "ecología integral" que el Papa Francisco nos ha llamado a promover. La obligatoriedad de redefinición del matrimonio en todo el país es un trágico error que perjudica el bien común y los más vulnerables entre nosotros, especialmente los niños. La ley tiene el deber de apoyar el derecho básico de todos los niños a ser elevado, siempre que sea posible, por su madre, casado y padre de un hogar estable .
Jesucristo, con gran amor, enseñó sin ambigüedad que a partir de la unión de comenzar es la unión de toda la vida de un hombre y una mujer. Como obispos católicos, seguimos nuestro Señor y seguiremos para enseñar y actuar de acuerdo con esta verdad.
Animo a los católicos a seguir adelante con fe, esperanza y amor: la fe en la verdad inmutable sobre el matrimonio, enraizada en la permanencia de la persona humana y confirmada por la revelación divina; esperan que estas verdades, una vez más prevalecer en nuestra sociedad, no sólo por su lógica, sino por su gran belleza y servicio de manifiesto para el bien común; y amor para todos nuestros vecinos, incluso a los que nos odian o que castigarnos por nuestra fe y convicciones morales.
Por último, hago un llamamiento a todas las personas de buena voluntad a unirse a nosotros en proclamar la bondad, la verdad y la belleza del matrimonio como bien entendida por milenios, y les pido a todos en posiciones de poder y autoridad para respetar la libertad dada por Dios a buscar, vivir y dar testimonio de la verdad.
Arzobispo Joseph E. Kurtz