El canciller de Irán criticó el derrocamiento del presidente islamista egipcio a manos de los militares, medida que consideró indebida en su primera reacción oficial al respecto.
"No consideramos adecuada la intervención de las fuerzas militares en la política para reemplazar a un gobierno elegido democráticamente", dijo el portavoz de la cancillería iraní, Abbas Araghchi, según la agencia oficial de noticias IRNA.
Las fuerzas armadas de Egipto derrocaron a Mohamed Morsi el miércoles tras cuatro días de protestas contra él.
Araghchi dijo que los partidarios de Morsi no deben abandonar sus esfuerzos por devolverlo al poder. Las elecciones y no "las calles" deben decidir quién es el presidente de Egipto, señaló.
"Los islamistas y los revolucionarios no deben frustrarse", dijo Araghchi.
Por otra parte, agregó, "no vemos lo sucedido en Egipto como una derrota para el despertar islámico".
Irán considera los levantamientos en los países árabes un "despertar islámico", una repetición de la revolución iraní de 1979 que derrocó a la monarquía pro occidental y llevó a los islamistas al poder.
La excepción al apoyo de Teherán a los levantamientos es Siria, donde los rebeldes, en su mayoría suníes, combaten para derrocar al presidente Bashar Assad, quien pertenece a una derivación del islam chií. En su condición de líder chií de la región, Irán es el principal aliado de Assad.
Egipto se ha unido a la mayoría de los otros estados árabes para apoyar a los rebeldes sirios.
Morsi estableció mejores relaciones con Irán, poniendo fin así a decenios de un alejamiento diplomático que comenzó en 1979, cuando Egipto ofreció refugio al depuesto líder iraní después de la revolución islámica.
Las relaciones se deterioraron aún más después de que Egipto firmó un tratado de paz con Israel ese mismo año. Irán e Israel siguen siendo enemigos acérrimos. /AP
Domingo 7/7/2013