EFE
La reina Isabel II de Inglaterra dio "otro gran paso" a favor de la reconciliación en Irlanda del Norte al visitar en Belfast una antigua cárcel utilizada durante el pasado conflicto como centro de detención de católicos y protestantes.
Así lo afirmó el ministro principal norirlandés, el nacionalista Martin McGuinness, tras acompañar a la soberana, de 88 años, por el ahora recorrido turístico de la llamada Prisión de Crumlin de Belfast, en la segunda jornada de su visita de tres días a la provincia británica.
"La mayoría de la gente reconoce los esfuerzos efectuados por la reina en favor del proceso de paz y reconciliación y creo que mucha gente verá la vista a la cárcel con un gran asombro", dijo McGuinness, "número dos" del Sinn Féin y excomandante del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA).
El dirigente republicano, partidario de la unificación de la isla de Irlanda, permaneció detenido durante un mes en 1976 en esa cárcel acusado de pertenecer al IRA, un cargo que fue después rechazado por un tribunal.
También les acompañó durante esta visita el ministro principal norirlandés, el protestante Peter Robinson, quien, a su vez, permaneció detenido en Crumlin en varias ocasiones durante la pasada década de los 80 por participar en manifestaciones contra el llamado Acuerdo Anglo-Irlandés (1985).
Aquel texto, firmado por Londres y Dublín, trataba de poner fin al conflicto norirlandés, pero se topó, sobre todo, con la oposición de la comunidad unionista, partidaria de la permanencia de Irlanda del Norte en el Reino Unido.
Tras su llegada ayer a Belfast para comenzar esta visita, la segunda en dos años, la monarca se desplazó al castillo de Stormont, sede del Parlamento autónomo norirlandés y de las instituciones del Gobierno de poder compartido entre protestantes y católicos.
Allí fue recibida por Robinson y McGuinness y mantuvo entrevistas privadas con ambos, lo que dio pie a que el dirigente nacionalista y la soberana celebrasen su primer "cara a cara" a puerta cerrada.
McGuinness e Isabel II protagonizaron uno de los momentos más significativos del proceso de paz norirlandés cuando se dieron la mano en Belfast en junio de 2012, gesto que repitieron este año durante la visita al Reino Unido del presidente de la República de Irlanda, Michael D. Higgins, la primera con rango de Estado de un dirigente de Dublín al país vecino.
La reina y su esposo, el duque de Edimburgo, de 93 años, visitarán los estudios de la cadena de televisión estadounidense HBO en Belfast donde se rueda la popular serie Juego de Tronos, así como el ayuntamiento de la capital del Ulster.
El miércoles concluirán su visita a Irlanda del Norte con una recepción organizada por la Legión Británica Real en la ciudad de Coleraine, al norte de la región, donde la soberana presentará un programa de actos conmemorativos de la I Guerra Mundial (1914-1918)
2014-06-24