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La joven austríaca de 17 años huyó a Siria junto a su amiga Sabina Selimovic en abril de 2014 para sumarse a las filas del Estado Islámico en la ciudad de Raqqa, bastión del grupo yihadista. Pero una vez allí quiso escapar. Rápidamente se arrepintió, pero el grupo yihadista no la dejó volver a casa.
Una mujer tunecina reveló que fue asesinada a golpes justo cuando intentaba escapar. Antes, había sido esclavizada sexualmente. La adolescente era el "premio" que recibían los nuevos yihadistas.
La ex terrorista tunecina, cuya identidad no fue revelada, logró escapar de ISIS y es la única testigo del calvario de Samra Kesinovic.
A principios de este año, un funcionario de Naciones Unidas aseguró que la menor austríaca murió en suelo sirio luego de adherirse al grupo yihadista. Sin embargo, nada se sabe de la adolescente que la acompañaba.
Las autoridades consideran que el predicador islámico de Bosnia Mirsad O., conocido como Ebu Tejma, fue el responsable de la radicalización de las jóvenes. El predicador, residente en Viena, les habría lavado el cerebro para que se unieran a los yihadistas./Infobae
30-12-2015