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El director de la CIA, John Brennan, defendió la legalidad de los métodos de interrogatorio aplicados a los sospechosos de terrorismo tras el 11-S, aunque admitió prácticas "abominables" y que no se puede saber si la "valiosa" información obtenida fue gracias a esas técnicas.
Desde la sede de la Agencia Nacional de Inteligencia (CIA) en Langley (Virginia), Brennan ofreció un discurso seguido de una inusual rueda de prensa para responder a un informe del Senado de EE.UU. divulgado esta semana.
Ese informe, fruto de una investigación de más de cinco años del Comité de Inteligencia del Senado, asegura que la CIA llevó a cabo prácticas de interrogatorio "más brutales" y menos efectivas de lo que había admitido en los años posteriores a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
"No había respuestas fáciles" ante esos atentados, sostuvo Brennan al apuntar que la CIA "no estaba preparada" para poner en marcha el programa "para detener a sospechosos de terrorismo en todo el mundo" que le encomendó el entonces presidente, George W. Bush.
Hubo casos en los que agentes de la CIA usaron prácticas "que no habían sido autorizadas" y que fueron "abominables", pero la "inmensa mayoría" de los trabajadores de la agencia "hicieron lo que se les pidió hacer en servicio de nuestra nación", argumentó Brennan.
Según el informe del Senado, los métodos de interrogatorio a sospechosos de terrorismo en los ocho años posteriores al 11-S incluyeron asfixias simuladas, baños en agua congelada, privación de sueño durante más de una semana, alimentación e hidratación rectal, así como amenazas de abusos y muerte.
2014-12-11