EFE
El presidente de la principal patronal venezolana (Fedecámaras), Jorge Roig, dijo que obreros de algunas empresas estatales que no repuntan lo han contactado porque prefieren a “los burgueses” al frente de la gestión administrativa.
“La clase obrera prefiere hoy que los burgueses manejen las empresas antes que el Estado. Se nos han acercado muchos para ver si recuperamos juntos las empresas expropiadas” que han disminuido su producción y productividad, sostuvo Roig, en un diario venezolano.
El titular de Fedecámaras sostuvo que una sociedad empresarial estatal y privada en Venezuela debería comenzar por la producción y compraventa conjunta de alimentos y medicinas.
La Revolución Bolivariana, a su entender, es “un rompecabezas en el que las piezas están regadas y no se consigue ninguna”, dijo.
Roig añadió que el chavismo debe descartar la creencia de que la ganancia del empresario significa pobreza para el pueblo.
El presidente de Fedecámaras también aludió a la corrupción de la que se acusan mutuamente empresarios y autoridades gubernamentales y remarcó que “no hay posibilidad de corrupción sin que algún funcionario del Gobierno esté involucrado”.
Aludió en ese sentido a listados publicados en los últimos días por la Fiscalía donde están identificadas empresas, empresarios y funcionarios investigados por supuestamente burlar y sacar provecho ilegal del control estatal de divisas, en vigor desde 2003.
“Solo dos” de los empresarios identificados en esos listados forman parte de Fedecámaras, dijo tras estimar que quienes incurren en esos delitos “están más cerca del Gobierno que de Fedecámaras.
El titular del gremio empresarial cree que el control estatal de divisas constituye una fuente principal de la corrupción que afecta al país y por ello ha dicho que “la dirección correcta es avanzar hacia un sistema único de cambio”.
En un primer escalón funciona el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex), donde se entregan dólares a un precio de 6,30 bolívares la unidad y al que pueden aspirar importadores de suministros para sectores básicos como la alimentación y las medicinas y para el sector productivo.
En un segundo nivel funciona el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad I), con subastas de divisas ofertadas por el Estado semanalmente para diferentes sectores, a un cambio que oscila entre los 10 y los 12 bolívares por dólar.
En un tercer escalafón se encuentra el Sicad II, que permite la compraventa a un tipo superior, que ha estado rondando los 50 bolívares por dólar.
Una cuarta tasa rige en la comercialización ilegal del llamado dólar “paralelo”, al que empresarios y privados recurren en busca de dólares rápidos y cuya paridad supera actualmente los 80 bolívares.
La fijación del precio final al consumidor considera en muchos casos la tasa ilegal, aunque las importaciones fueran pagadas a las tasas oficiales, lo que ha llevado al Gobierno a cerrar y multar a miles de empresas, y remarcar los precios hacia la baja.
2014-08-17