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La "epidemia" de la violencia golpea la salud mental de los colombianos

Viernes, 28 de junio de 2013 a las 07:30 pm
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 La violencia que se expande como una epidemia en la sociedad colombiana, sometida a un conflicto armado de medio siglo, afecta la salud mental de quienes la padecen y es hoy en día un problema de salud pública en Colombia, advierten expertos.

"Los impactos de la violencia constituyen un problema de salud pública que vemos como una epidemia, pero que está invisibilizada", asegura el coordinador general de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) en Colombia, Javier Martínez.

"A pesar del profundo impacto que la violencia tiene en la población colombiana, la salud mental sigue siendo un campo poco explorado y la respuesta de los servicios sanitarios frente a trastornos mentales es generalmente limitada o inadecuada", explica.

MSF presentó esta semana un informe en el que asegura que la violencia es "el principal problema de salud pública del país" y llama la atención sobre la "falta de un plan" con el que el gobierno "garantice el acceso a servicios de salud mental de calidad para la población afectada" por el conflicto.

El informe está basado en entrevistas a 4.455 pacientes atendidos por la ONG en 2012 en regiones del sur de Colombia, en las que se vive con gran intensidad el conflicto armado que enfrenta a militares y guerrilleros.

Del total de esos pacientes, 67% había vivido directamente uno o más hechos violentos en general y sufría síntomas como ansiedad, depresión y preocupación constante.

Además, 30% había experimentado hechos asociados con el conflicto, al presenciar casos de violencia física, asesinatos o amenazas.

"Él se paró enfrente y le dispararon"

En uno de los testimonios recogidos por MSF, un hombre de 21 años del Cauca (suroeste) relata cómo le dispararon a su tío.

"Sentí que me iban a matar cuando veía a esas personas con esas armas. Me tocó correr (…) mi mamá y mi hermano lloraban y ellos le apuntaban a mi tío; él se paró enfrente y le dispararon. De ahí no sé que pasó con él, no lo volví a ver", cuenta el joven, cuya identidad es mantenida en reserva.

El psicólogo Camilo Jácome, expresidente de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis, explica a la AFP que la exposición a este tipo de violencia "rompe con la estabilidad necesaria para la salud mental" y "genera traumas, producto de un exceso de fuerza ejercido por otros, que el yo no está en capacidad de manejar".

En este sentido, la psiquiatra Cristina Carreño, de MSF, dice que muchas de las personas expuestas a la violencia "si no reciben atención especializada van a tener dificultades a largo plazo" para desarrollarse personalmente e integrarse a la comunidad.

Pero más allá de la afectación mental por exposición directa a la violencia, Jácome destaca otros dos tipos de violencia que afectan a los colombianos: la estructural, derivada de la estructura política y social; y la cultural, que tiene que ver con manifestaciones populares que legitiman la violencia.

Así, Jácome destaca, por ejemplo, que la violencia cultural afecta la salud mental de cualquier persona que no ha estado en zonas de conflicto, "pero que de pronto justifica el uso de la violencia para acabar con las diferencias que llevaron al conflicto armado".

Esa reacción corresponde a la de una "sociedad traumatizada", asegura.

La legislación colombiana

Para atender la salud mental de los colombianos fue aprobada a principios de 2013 la Ley 1616, actualmente en etapa de reglamentación.

Esta ley, aunque no está dirigida a las víctimas del conflicto armado en sí, contempla su atención y constituye, según MSF, un "gran avance, porque pone en agenda el tema de la salud mental".

Alba Luz Pinilla, legisladora del Polo Democrático Alternativo (izquierda) y autora de la ley, asegura que será clave para comunidades "expuestas a desplazamientos, asesinatos, amenazas y abusos en el marco del conflicto".

"Son comunidades que terminan siendo desamparadas por un Estado que no logra satisfacer sus necesidades médicas y mucho menos las psicológicas", explica, aunque también sabe que será "difícil" que la atención llegue con la prontitud y efectividad necesarias.

A su vez, MSF dice que aunque esta y otras leyes -como la Ley de Víctimas de 2011- reconocen la necesidad de tratar psicológicamente a los afectados, olvidan un factor clave: que la atención se ofrezca en centros clínicos primarios para que llegue a las zonas más apartadas, que son también las más afectadas.

Un eventual posconflicto

Incluso con la posibilidad de que el fin del conflicto se aproxime, con los diálogos de paz que el gobierno adelanta desde noviembre en Cuba con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), los expertos aseguran que las heridas psicológicas tardarán en sanar.

Así, Carreño destaca que "los efectos en la salud mental hay que considerarlos más allá del tiempo en que haya conflicto armado, porque no desaparecen: el dolor de los familiares no desaparece (…) y muchas veces deja una afectación crónica que permanecerá en el tiempo".

"Estudios históricos hablan de que se tarda tres generaciones en mitigar los efectos de un conflicto así", agrega esta psiquiatra.

Jácome dice que la única vía para sanar efectivamente las heridas mentales será "generar espacios culturales y educativos, que son contenedores de violencia y promueven el respeto al otro"./AFP