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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aprobado una resolución de trascendencia histórica que establece el programa más ambicioso de lucha contra el paludismo de los últimos 60 años.
Esta es la opinión del director del Programa de Malaria de la OMS, el español Pedro Alonso, en una entrevista, tras la aprobación de la resolución durante la Asamblea Mundial de la Salud, que tiene lugar esta semana en Ginebra.
"Esta nueva estrategia es la más ambiciosa desde 1955, cuando se intentó sin éxito la erradicación de la malaria", aseguró Alonso.
En 1955, poco después de la creación de la OMS, el organismo entendió que tenía el conocimiento y las herramientas para erradicar la dolencia, una estrategia que fracasó, y en 1968 se reconoció que no iba a ser posible eliminarla.
"Entonces comenzó una época de resignación, de abandono, lo que llevó a un resurgir de la malaria de los sesenta hasta mediados de los noventa".
Nuevos enfoques, estrategias, herramientas, fármacos y fondos para implementar programas de lucha contra el paludismo, al que está expuesto la mitad de la población mundial, han logrado reducciones de incidencia y mortalidad de gran envergadura en los últimos tres lustros, lo que ha permitido a la OMS retomar la confianza de que es posible ganar al virus.
"La resolución aprobada es histórica y se basa en los logros obtenidos durante la última décadas", explicó el experto.
En el mundo hay 3.200 millones de personas en riesgo de contraer la malaria, 1.200 de ellos en alto riesgo.
Se estima que en 2013 unos 198 millones de personas contrajeron la enfermedad y de ellas 584.000 murieron, un 90 % en África.
No obstante, desde el año 2000 la incidencia de la malaria se ha reducido un 30 % en el mundo y un 34 % en África, y los índices de mortalidad han caído un 47 %.
"Estos datos no tienen precedentes, y en base a ellos podemos lanzar nuevos retos", afirmó el director, especificando claramente que "no se habla aún de erradicación, porque ello sería prematuro".
La estrategia mundial contra la malaria 2016-2030, busca conseguir una reducción del 40 % de la incidencia en 2020, y de un 90 % en 2030.
Asimismo, se espera que en quince años 35 países hayan eliminado totalmente la enfermedad.
Para lograrlo son necesarios tres elementos clave: que se asegure acceso universal a la prevención, la diagnosis y el tratamiento; que se aceleren los esfuerzos para que los países luchen para eliminar totalmente de sus territorios el virus; y seguir impulsando la investigación y desarrollo de nuevas herramientas.
2015-05-21