¿Cómo se explica que haya reaparecido en el golfo de Fonseca la tortuga carey del Pacífico oriental, una especie que muchos científicos consideraban prácticamente extinta?. Pues, por ahora, es una incógnita.
Este gran descubrimiento es objeto de una investigación del Comité Científico de la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (CIT), que acaba de celebrar en Honduras su décima reunión bianual.
Así lo dijo a Efe el director de Biodiversidad de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente de Honduras, Rafael Amaro García, antes de concluir la reunión del Comité con una visita de campo al golfo de Fonseca, para conocer un proyecto nacional de conservación de la tortuga Golfina.
Hasta hace unos siete años de la tortuga carey del Pacífico oriental se sabía que estaba en peligro de extinción y muchos científicos la daban por prácticamente extinta.
Pero resulta que se acaba de descubrir que está llegando de nuevo al ese gran golfo, situado al oeste de Centroamérica y que comparten Honduras, El Salvador y Nicaragua.
"Sabemos que la tortuga Carey del Pacífico Oriental está llegando al golfo de Fonseca, pero no sabemos por qué, no sabemos sin ha cambiado su ciclo de vida, si una gran parte se queda en el golfo, no sabemos si por alimento, anidación o porque viven aquí", subrayó García.
Los expertos tampoco saben si la presencia de la especie carey en el golfo de Fonseca pueda obedecer al cambio climático, que también afecta a todos los quelonios del mundo.
García explicó que el Comité Científico acordó identificar en todo el continente americano el tipo de playas en que anidan las tortugas para darles seguimiento y protección en los próximos diez años, y conocer cuántas llegan, lo que les afecta, por qué razones llegan o se van, determinar el sexo y tomar decisiones.
Hasta ahora se sabe que la temperatura también ha aumentado en algunas zonas de estas costas del Pacífico, donde Honduras tiene identificados cuatro sitios de conservación y protección de la tortuga Golfina.
Otra resolución de la reunión del Comité Científico de la Convención de la CIT es buscar que las playas donde anidan muchas tortugas sean declaradas sitios Ramsar (la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional) para proteger a las especies.
Además, indicó, se resolvió buscar apoyo para un programa de control digitalizado que implique la colocación de placas a las tortugas que llegan a Honduras, de modo que puedan ser identificadas en cualquier país de América, o del mundo, y conocer la ruta que han seguido.
Y en tal sentido ya se está trabajando con una organización internacional que se dedica a ese tipo de actividades, añadió.
Los expertos destacaron experiencias importantes de Chile, Ecuador y Perú que se pueden poner en práctica en toda América, como el trabajo con pescadores industriales y artesanales para no causar daños a las tortugas que quedan atrapadas en redes.
En el caso de Chile, por ejemplo, se está permitiendo que expertos en la protección de la tortuga marina puedan acompañar a los barcos pesqueros, lo que además facilita la labor de seguimiento de los quelonios.
En cuanto a Honduras, una organización privada está rastreando por satélite las tortugas que llegan a las islas de Roatán y Utila, en el Caribe, de las que se ha sabido que algunas siguen su ruta hacia Belice y México, pero aún se ignora sin regresan o no.
García explicó que sobre las tortugas se ha descubierto recientemente que no solo se alimentan de medusas y que uno de los trabajos en marcha es precisamente descubrir qué más comen y las diferentes especies de quelonios que hay en América.
Los análisis técnicos y científicos de la Convención de la CIT serán presentados a la Conferencia de las Partes (las autoridades que toman decisiones) para que atiendan los problemas de las tortugas, de las que al menos hay siete especies que habitan en los mares del planeta.
García dijo estar "muy complacido" por los temas abordados y las conclusiones del Comité Científico que la semana pasada se reunió en Honduras durante cuatro días.
El vicepresidente del Comité Científico de la Convención de la CIT, René Márquez, dijo por su parte a Efe que la situación de las tortugas en el mundo "es muy compleja" y que en algunos países de América "se está tratando de trabajar de manera integral".
Agregó que en algunos casos la problemática es difícil porque las necesidades económicas de los habitantes de las zonas costeras les obligan a comercializar los huevos, carne y el caparazón de las tortugas.
"La conservación está incrementándose, pero todavía falta mucho", subrayó Márquez, quien también explicó que algunas veces el acceso a los sitios de anidamiento "es muy difícil", lo que hace que "su conservación sea cara y complicada". EFE