Las autoridades bareiníes negaron hoy que que el país sea escenario de tensiones sectarias, en respuesta al discurso del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ante la Asamblea General de la ONU.
El ministro bareiní de Asuntos Exteriores, Jalid bin Ahmed al Jalifa, señaló hoy en un comunicado que "el clima actual en el país no se puede comparar con los conflicto sectarios en Siria e Irak".
Destacó que el reino "a lo largo de su larga historia ha promovido la cultura de la tolerancia, la moderación y la coexistencia entre las comunidades religiosas y étnicas que constituyen su sociedad".
El martes pasado, Obama afirmó que Irak, Baréin y Siria sufrían tensiones sectarias y que su administración iba a continuar su apoyo a las reformas democráticas, aunque advirtió que "esos asuntos no deben ser resueltos por extranjeros, sino por las propias comunidades musulmanas".
Al Jalifa explicó que lo que está pasando en Baréin es "un esfuerzo concertado entre grupos terroristas extremistas que tienen como blanco a los cuerpos de seguridad y a los extranjeros con el objetivo de extender el temor y la división en la sociedad, así como dañar la economía nacional y el desarrollo".
Reacciones similares han tenido el ministro del Interior, jeque Rashid bin Abdalá al Jalifa, miembros del Parlamento y embajadores bareiníes en distintos países.
Entretanto, la oposición se prepara para celebrar protestas mañana en las afueras de Manama contra la represión de las últimas semanas contra manifestantes prorreformas y figuras opositoras.
Desde el 14 de febrero de 2011, Baréin, un pequeño reino del golfo Pérsico, es escenario de manifestaciones por parte de la mayoría chií, que constituye el 70 % de la población del país, contra la monarquía suní gobernante. EFE