2001.com.ve| EFE
Los Ángeles, la ciudad de las estrellas, vive uno de los momentos más tensos que se recuerdan: La ciudad más azotada por el coronavirus en California es ahora escenario de graves disturbios; si sus emblemáticos cines y estudios ya cerraron, ahora el toque de queda ha terminado de cambiar completamente su paisaje.
Cualquier actividad comercial parece clandestina. Los negocios se han blindado ante nuevas oleadas de violencia y las tapias cubren completamente sus fachadas mientras los clientes acceden uno por uno respetando la distancia de seguridad.
Por las calles, un constante sonido de sirenas de policía, helicópteros y la presencia de camiones de la Guardia Nacional hacen que todo parezca una de esas películas que hace meses que dejaron de rodarse.
A las dos de la tarde, filas de clientes con mascarilla esperan en un aparcamiento su turno para entrar en un supermercado tapiado y lleno de pintadas. Enfrente, una docena de policías se organiza en silencio hasta que un cliente que sale del comercio grita "¡que os jodan!" y la atención de todos se altera.
La escena sucede en Fairfax, una animada zona comercial situada entre Beverly Hills y Hollywood que fue el escenario de disturbios, saqueos y barricadas la noche anterior y, en la mañana, trata de volver a una normalidad que no tiene nada de normal con el coronavirus presente.
Tras el fin del toque de queda y con otro previsto para la noche, decenas de personas aguardan en los supermercados para hacer la compra.
"Espero no tener que volver a salir en dos semanas", comenta una mujer en la fila.
2020-06-01
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