El presidente Francois Hollande nombró el lunes al ex ministro del Interior Manuel Valls como el nuevo primer ministro francés, a menos de 24 horas de que los Socialistas sufrieran un fuerte revés en las elecciones municipales.
Valls, quien suele ser calificado como el socialista más popular en los sondeos de opinión, reemplaza a Jean-Marc Ayrault y es considerado parte del ala derecha del partido.
El político de 51 años ha sido comparado con el ex presidente conservador Nicolas Sarkozy y también es el socialista más popular entre los conservadores franceses. Quiere, por ejemplo, que se replantee la semana laboral francesa que actualmente es de 35 horas por una iniciativa socialista.
En un discurso televisivo grabado de antemano, Hollande dijo que es tiempo de que Francia entre a "una nueva etapa" y aseguró que Valls encabezará un "gobierno combativo".
También mencionó otros importantes cambios políticos, incluyendo el anuncio de nuevos recortes a los impuestos, que no especificó, y un plan para reducir el gasto del gobierno calculado en 50.000 millones de euros.
Valls es entre los socialistas uno de los más estrictos en cuanto a la inmigración y seguridad y tuvo posturas muy controvertidas al ser ministro del interior. Por ejemplo apoyó una política que destruyó campamentos ilegales de gitanos y la expulsión de sus residentes.
Igualmente permitió que las autoridades prohibieran los espectáculos del cómico Dieudonne M’Bala M’Bala que ha sido considerado antisemita.
Valls nació en Barcelona en 1962 y se naturalizó francés 20 años después. Tiene cuatro hijos de su primer matrimonio. Desde 2010 ha estado casado con su segunda esposa, la famosa violinista Anne Gravoin.
Se enfrenta a la decepción por la manera en que los socialistas han manejado la economía.
El gobierno no ha cumplido con sus promesas de reducir el desempleo, que se ubica por encima del 10%, e impulsar el crecimiento, que alcanzó apenas un 0,3% el año pasado, según cifras dadas a conocer el lunes.
La baja participación electoral y el mal desempeño de los candidatos socialistas "realmente envían un mensaje a Hollande de que tiene que cambiar su gabinete, tiene que restructurar", dijo Hall Gardner, profesor de política en la Universidad Americana de París.
Se esperan cambios especialmente en el ministerio de Finanzas, que ha ahuyentado a los inversionistas con altos y complejos impuestos y ha batallado para encontrar soluciones a un bajo crecimiento crónico y al creciente desempleo.
Los mayores ganadores de los comicios del domingo fueron los candidatos del Frente Nacional de extrema derecha, que se impusieron en las elecciones de 12 alcaldías y se apoderaron de 1.546 puestos en los ayuntamientos locales, dijo el partido el lunes. Eso es menos de lo que temían algunos socialistas, pero sigue siendo una cifra alta para el partido, cuya líder Marine Le Pen ha tratado de suavizar su imagen xenófoba y se ha acercado al descontento generalizado con la política menos radical.
Mientras tanto las malas noticias económicas siguieron llegando. La agencia de estadística estatal dijo el lunes que el déficit se redujo menos de lo esperado el año pasado, lo que provocó críticas del comisario económico de la Unión Europea.
La economía francesa evitó caer en una nueva recesión al crecer 0,3% en el último trimestre, pero la perspectiva de crecimiento en general es reducida.
AP