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Nuri al Maliki, del exilio con Sadam hacia tercer mandato en un Irak dividido

Domingo, 18 de mayo de 2014 a las 07:30 pm
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EFE

Nuri "Yauad" al Maliki, primer ministro iraquí, al frente de la coalición chií Estado de Derecho, vencedora de las elecciones legislativas de Irak, se encamina hacia un tercer mandato tras haber forjado su trayectoria política en la oposición a Sadam Husein.

Líder del partido Al Daua (Predicación), grupo chií de resistencia clandestina contra el liderazgo de Sadam y su partido Baaz, nació en Abu Garaq, una pequeña población cerca de Hilla, en el sur iraquí, en 1950, y estudió literatura árabe en la Universidad de Bagdad.

Sentenciado a muerte, como tantos otros líderes opositores, se vio obligado a huir durante los años ochenta del pasado siglo de su país y a refugiarse en Irán y Siria, donde contribuyó a la creación de una gran coalición de partidos políticos iraquíes de oposición.

De vuelta a Irak, tras la caída de Sadam en abril de 2003, participó activamente en el proceso de reconstrucción del país.

Como tal, fue miembro del comité establecido por EEUU encargado de eliminar el legado del partido Baaz, y vicepresidente de la Comisión que redactó el borrador de la nueva Constitución iraquí, aprobada en agosto de 2005.

Fue asimismo asesor del primer ministro Ibrahim Al Yafari, su antecesor en el cargo y miembro al igual que él del partido Al Daua, formación integrante de la Alianza Unida Iraquí (AUI), que se alzó como la lista más votada en las elecciones celebradas en enero y diciembre de 2005 en Irak.

La falta de consenso en torno al candidato a primer ministro demoró el proceso hasta el 22 de abril de 2006, fecha en la que el presidente de la República, Yalal Talabani, propuso al Parlamento el nombre de Al Maliki, que se convertía así en el primer jefe de un Ejecutivo permanente de la era post-Sadam.

En mayo de 2007, Al Maliki fue elegido además secretario general del partido Al Daua, en sustitución de Yafari, convirtiéndose oficialmente en el máximo líder de la formación política.

Al frente del Ejecutivo, llevó a cabo el plan "Aplicamos la ley", una ambiciosa operación lanzada en febrero de 2007 por cerca de 85.000 soldados y policías iraquíes y estadounidenses, con el fin de atajar la ola de violencia en Bagdad, y que tuvo unos resultados más modestos de los esperados.

Al año siguiente su prestigio aumentó con motivo del acuerdo suscrito, en diciembre de 2008, entre Washington y Bagdad respecto a la retirada estadounidense de las ciudades iraquíes antes de julio de 2009 y de todo el territorio antes de enero de 2012.

En marzo de 2010, la coalición "Estado de Derecho", al frente de la cual se presentaba a las elecciones legislativas, quedó, sin embargo, en segundo lugar, dos escaños por detrás de la liderada por el exprimer ministro Ayad Alaui.

La ausencia de mayoría absoluta por parte de ninguna formación condujo al país a un vacío de poder que se prolongó hasta noviembre de 2010, cuando un acuerdo entre partidos permitió a Al Maliki ser reelegido en el cargo.

Símbolo para muchos de la unificación de las diferentes tendencias iraquíes, sus detractores le reprochan sin embargo su proximidad a Irán y la utilización del Ejército para reprimir las crecientes protestas de la minoría suní.

Fuera del país -desde diciembre de 2011- las tropas estadounidenses, las Fuerzas Armadas iraquíes se enfrentan actualmente a miembros de Al Qaeda y a milicianos tribales suníes en las dos principales ciudades de la provincia occidental de Al Anbar, Ramadi y Faluya, en medio de una escalada de la violencia sectaria y del terrorismo contra civiles y fuerzas de seguridad.

Los comicios legislativos del 30 de abril de 2014, los terceros tras el derrocamiento del régimen de Sadam Husein en 2003, dieron la victoria a la coalición de Al Maliki con 92 escaños, según anunció hoy la Comisión Electoral.

El resultado, alejado de la mayoría absoluta, le obligará previsiblemente a buscar apoyos para gobernar en lo que sería un tercer mandato.