EFE
Los obispos de Bolivia pidieron hoy al Gobierno eliminar en el país la distribución de "la píldora del día después", al considerar que tiene "características abortivas" y está en contradicción con una reciente sentencia constitucional.
Los obispos señalaron en un comunicado de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) que el Tribunal Constitucional "reconoce el respeto a la vida desde el momento de la concepción, en coincidencia con los principios de la doctrina cristiana y de toda cultura y concepción religiosa presentes en el mundo".
"En coherencia con este reconocimiento, llamamos al Órgano Ejecutivo, en especial al Ministerio de Salud, a eliminar del sistema de salud la ‘píldora del día después’ que en ningún caso puede considerarse un anticonceptivo, sino que tiene características abortivas en clara contradicción con la sentencia", sostuvo la CEB.
El tribunal emitió el mes pasado un fallo en el que rechazó la despenalización del aborto en general, pero a la vez eliminó la autorización judicial para los casos especiales que considera la ley como violación, incesto y riesgo para la vida de la madre.
Los obispos lamentaron también que al eliminarse la necesidad de una sentencia judicial para los casos de delitos sexuales, como violación, rapto, estupro e incesto, se abren posibilidades que pueden dar "lugar a la legalización de facto del aborto".
A su juicio, debe haber una regulación para evitar "excesos y arbitrariedades" en la práctica con casos especiales, que, de todos modos, "la Iglesia rechaza enfáticamente por ser contraria al derecho a la vida, sin distinción".
"Recordamos a todos los creyentes que atentar contra la vida concebida es una gravísima falta moral, aún en los casos en que pueda ser legal. El comportamiento moral obliga en conciencia, aunque la ley no lo haga", señalaron los obispos.
La CEB abogó además por que la recomendación hecha por el Tribunal Constitucional de hacer normas sobre los derechos sexuales y reproductivos sea asumida por los congresistas "respetando el derecho a la vida y los derechos humanos universales".
Según un estudio presentado el año pasado por la investigadora estadounidense Natalie Kimball, Bolivia es uno de los países con las tasas más altas de aborto del continente, después de Haití y de Cuba, aunque en este último país es legal desde hace décadas.
Ese mismo estudio señala que en el país andino abortan cada año entre 40.000 y 80.000 mujeres, y que tres de cada cinco bolivianas interrumpen un embarazo al menos una vez en su vida.