La ONU declaró hoy que el juicio del hijo mayor del fallecido dictador libio Muamar al Gadafi, Seif al Islam, no fue justo y deploró la pena de muerte a la que fue condenado, tanto a él como a otros ocho altos cargos del régimen de su padre.
"Hemos seguido de cerca la detención y el juicio y consideramos que los estándares internacionales de un juicio justo no se han cumplido", dijo la portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Ravina Shamdasani.
Entre las deficiencias más graves que se detectaron figura el hecho de que no se establecieron responsabilidades penales individuales en relación con delitos concretos.
Además de Seif al Islam, figuran entre los sentenciados a la pena capital el exjefe de los servicios secretos de Libia, Abdalá al Sanusi, y el último primer ministro de Gadafi, Al Baghdadi al Mahmudi.
La ONU señaló que no cabe duda de que las violaciones de los derechos humanos deben ser sancionadas, pero recalcó que esto debe hacerse "respetando escrupulosamente las normas y procedimientos que garantizan un juicio justo y los derechos de los acusados".
"Si se falla en esto la injusticia sólo se agrava", comentó Shamdasani en declaraciones a los periodistas.
Desde el asesinato de Muamar al Gadafi, a manos de rebeldes que le capturaron meses después de haber sido derrocado, Libia sufre una creciente inestabilidad que ha permitido a grupos extremistas y bandas criminales realizar sus actividades con impunidad.
Dos facciones políticas opuestas se disputan el poder y tienen el control de distintas partes del territorio nacional.
Trípoli está controlada por la milicia islamista de Fayer Libia (Amanecer de Libia), mientras que el parlamento que reconoce la comunidad internacional trabaja desde Tobruk, en el extremo nororiental del país. EFE
2015-07-28