El guitarrista español Paco de Lucía encandiló hoy al público marroquí en su concierto de Fez, en lo que supuso el "plato fuerte" del Festival de músicas sacras que celebra este año su 19 edición.
Con el halo casi mágico de Bab al Makina como marco, Paco de Lucía ofreció un concierto en el que las bulerías se alternaron con las siguiriyas, los fandangos y las rumbas, siguiendo el esquema de su último disco en vivo de 2010.
El guitarrista comenzó su show con una pieza en solitario, y poco a poco -primero solo con palmas, luego con voz e instrumentos- fue introduciendo a los músicos que lo acompañaban.
Entre ellos estaban el bailaor Farruco -que cosechó algunas de las mayores ovaciones-, los cantaores Rubio de Pruna y David de Jacoba, el percusionista "El Piraña" y, en la armónica, Antonio Sánchez, que demostró que también este instrumento puede volverse flamenco si se toca con duende.
Habitualmente muy parco, Paco de Lucía se mostró particularmente cómodo y expresivo en este concierto (que según la organización del festival es el primero de su vida en el país magrebí), y hasta se lanzó en un par de ocasiones con un "Viva Marruecos".
El guitarrista algecireño comenzó casi todos tus temas con un tono más intimista, para ir evolucionado -con abundantes variaciones con respecto a otros conciertos- hacia tonos mucho más rítmicos en los que implica a todos los músicos del grupo y terminar con un "crescendo" que arrancó ovaciones del público.
En su propia página web, el guitarrista lo ha expresado así: "(En un concierto) te encuentras en un estado de excitación, en el que la adrenalina te ayuda a encontrar soluciones, casi siempre sorpresivas y que a veces superan la composición original. Lo que sucede es real".
El reconocimiento del público marroquí en esta noche particularmente fría animó a Paco de Lucía a regresar al escenario para entregar un "bis" que no fue otro que el ya mítico "Entre dos aguas" en una versión muy libre que puso el broche de oro a la noche más flamenca del festival. EFE