EFE
El papa Francisco dijo hoy que la crisis económica presenta muchas dificultades para poder superarla y que entre los efectos más dolorosos es la falta de trabajo, por lo que es necesario multiplicar los esfuerzos para aliviar las consecuencias y robustecer cualquier signo de recuperación.
El papa Francisco llegó hacia las 11.00 horas (10.00 GMT) a la sede de la Jefatura del Estado, el palacio del Quirinal, en visita oficial al presidente de la República de Italia, Giorgio Napolitano con quien permaneció hasta las 13.00 horas (12.00 GMT).
Durante su discurso, el papa aseguró que hay muchos temas y preocupaciones comunes entre él y Napolitano, tales como la crisis y la inmigración.
El papa argentino dijo que están "impresas" en su mente las primeras visitas pastorales en Italia.
Citó la visita a Lampedusa, donde conoció de cerca el sufrimiento de aquellos que, a causa de la guerra o la pobreza, se lanzan a la emigración a menudo en condiciones desesperadas, y donde ha visto "encomiables testimonios de solidaridad de tantas personas".
El papa argentino afirmó que, en el centro de las esperanzas y dificultades sociales, está la familia.
Reiteró que la Iglesia apoya a la familia, que es el lugar principal en el que se forma y crece el ser humano, en la que se aprenden los valores y ejemplos que los hacen creíbles, y aseguró que la familia necesita ser apreciada, valorada y protegida.
Y se dirigió a Napolitano: "Espero que con el apoyo de la oración Italia, con su rico patrimonio de valores espirituales y cívicos, sepa volver a encontrar la creatividad y la armonía necesarias para su desarrollo armónico, con el fin de promover el bien común y la dignidad de cada persona, y ofrecer en el ámbito internacional su contribución a la paz y la justicia".
Durante su discurso, el papa Francisco habló de las relaciones institucionales habituales entre Italia y la Santa Sede y afirmó que la visita confirma "el excelente estado de las relaciones recíprocas".
Y recordó la atención de Napolitano hacia su antecesor, Benedicto XVI, quien en su visita al Quirinale en octubre de 2008 lo definió como el "Hogar simbólico de todos los italianos".
"Mirando hacia atrás en los momentos clave de las relaciones entre el Estado italiano y la Santa Sede -dijo el pontífice- deseo recordar la inclusión en la Constitución de la República del Tratado de Letrán y el Acuerdo de revisión del Concordato. Del tal Acuerdo se cumplirá en las próximas semanas en el trigésimo aniversario".
"Aquí tenemos un sólido marco normativo para el desarrollo sereno de las relaciones entre la Iglesia y el Estado en Italia", refirió.
En su visita oficial el papa tuvo ocasión de saludar a todo el Ejecutivo italiano y de pasar un rato con los hijos de los dependientes del palacio.
Tanto la llegada al Quirinale como la salida la hizo el papa en un cortejo de automóviles, que recorrió las calles de Roma sin sirenas ni escoltas especiales, ni tampoco con los coraceros que en otras ocasiones han acompañado a los pontífices en su visita al jefe del Estado.
2013-11-14