El Partido Socialista Brasileño (PSB) anunció hoy en forma oficial que abandona el bloque de partidos aliados del gobierno de la presidenta, Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT).
Según informó hoy el presidente nacional del PSB, Eduardo Campos, se reunirá con la presidenta para poner a disposición los cargos que su fuerza política tiene en el gabinete de Rousseff: el ministerio de Integración Nacional y la Secretaría de Puertos.
"Dejamos al gobierno más cómodo y nosotros mismos quedamos más cómodos", dijo Campos, quien muy seguramente será candidato a presidente en los comicios de 2014, cuando Rousseff intente la reelección.
El ministro de Integración Nacional, Fernando Bezerra, dijo que pedirá audiencia con la presidenta "para agradecer la posibilidad de servir al país" y decirle que renuncia al cargo siguiendo "la recomendación del partido".
"También le diré que fue un honor el apoyo del partido y la confianza de la presidenta", agregó.
El titular de la Secretaría de Puertos, Leónidas Cristino (Portos), está de viaje, pero su correligionario en el PSB Cid Gomes adelantó que también abandonará la cartera.
Los socialistas aclararon que su salida del gobierno no significa que se estén pasando a la oposición, pero sí que su apoyo al gobierno en el Congreso ya no será automático, sino que se discutirá caso a caso.
"No vamos, de ninguna manera, a entregar los cargos y entrar en oposición a la presidenta Dilma. Vamos a continuar dando apoyo en aquello que entendamos que es correcto (…). Todo lo que sea correcto para Brasil tendrá el apoyo del PSB. Si hubiera algo relevante que el gobierno entienda que precisa la ayuda del PSB, no habrá ningún problema en que dialoguemos", dijo Campos.
Las relaciones entre el gobierno y el tradicional aliado del PT en los comicios presidenciales se vieron deterioradas últimamente debido a que, según los socialistas, dirigentes del PT y representantes del gobierno critican públicamente a sus dirigentes por "coquetear" con la precandidatura de Campos a las presidenciales de octubre del año que viene sin renunciar a los dos ministerios que ostenta como aliado del gobierno.
Asimismo, según medios de prensa, Rousseff llegó a manejar la posibilidad de expulsar al partido socialista del gobierno, después de que Campos apareciera sonriendo en una foto junto al precandidato presidencial por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), principal opositor del gobierno.
"Estábamos llegando a una situación cercana a la humillación. Es una decisión madura de un partido que quiere discutir libremente su candidatura, sin tener que escuchar todas las semanas tonterías y ofensas de integrantes del PT y del gobierno sobre cargos", explicó el diputado Beto Albuquerque, líder del PSB en la Cámara de Diputados.
En declaraciones que reproduce hoy la Agencia Estado, el legislador añadió que tras la decisión, el gobierno de Rousseff queda autorizado a despedir a todos los representantes del partido que ocupan cargos públicos.
También apeló a que el PT actúe "con corrección" y reciprocidad, y devuelva los cargos que posee en los seis estados gobernados por el PSB -Amapá, Ceará, Espíritu Santo, Paraiba, Pernambuco -cuyo gobernador es Campos- y Piauí.
"Amigable o no, es un divorcio", sintetizó el diputado.
Campos, en cambio, dijo a ese respecto que la salida de los funcionarios del PT debe ser analizada por las autoridades de cada uno de los estados involucrados.
El PSB está en el noveno lugar en la Cámara de Diputados, con 25 representantes en un total de 513, y octavo en el Senado Nacional, con cuatro escaños en un total de 81.
Según los últimos datos del Instituto Datafolha, vinculado al diario "Folha de Sao Paulo", Campos posee un ocho por ciento de las intenciones de voto para 2014, contra 35 por ciento de Rousseff. /DPA