EFE
El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, afirmó que los restos de las víctimas del vuelo de Air Algérie operado por la compañía española Swiftair que se estrelló el jueves en Mali "están pulverizados".
No obstante, subrayó Fabius en rueda de prensa, el objetivo "en la medida de lo posible" es que esos restos sean "identificados y entregados" a las familias de las víctimas.
Fabius confirmó que los procedimientos para la identificación de los 118 ocupantes del avión se llevarán a cabo en París, pero se harán "en cooperación" con los otros 14 países que tenían nacionales a bordo.
"Se hará todo lo posible para que los restos de las víctimas se puedan identificar", reiteró.
Por ahora, las labores se están llevando a cabo en el lugar en el que se estrelló la aeronave, donde desde el sábado por la tarde hay 22 expertos franceses, entre gendarmes de la División de Transportes Aéreos y de identificación de víctimas y especialistas del organismo especializado en accidentes de aviones, el BEA.
Junto a ellos hay una quincena de expertos argelinos, diez españoles y tres malienses a los que se tienen que añadir otros de Estados Unidos, por ser el país del fabricante del aparato, un MD-83.
También se encuentran en el punto donde cayó el aparato 170 soldados franceses, junto a otros malienses y de la fuerza de la ONU, en total 30. A ellos se sumarán esta noche 30 militares franceses más con un convoy de vehículos de aprovisionamiento que ha salido de Gossi, localidad a 80 kilómetros donde se ha montado una base logística.
Trabajan "en condiciones extremadamente difíciles" -destacó Fabius- por su aislamiento (hay ocho horas de camino por pistas hasta Gossi) y por el calor extremo en esta época del año, en plena estación de las lluvias.
Su primera misión es "preservar la integridad de la zona del accidente y garantizar la seguridad de los investigadores", señaló el jefe del Estado Mayor del Ejército francés, Pierre de Villiers.
Esta mañana llegaron a París, en un vuelo desde Bamako, la capital de Mali, las dos cajas negras de la aeronave, que han sido inmediatamente puestas en manos de seis ingenieros de la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA), que van a trabajar a tiempo completo para extraer los datos que contienen.
"Es una tarea esencial y delicada", avanzó el secretario de Estado francés de Transportes, Frédéric Cuvillier, que contó que el primer paso es garantizar que la información que contienen las cajas negras es legible y luego descifrarla para orientar la investigación.
"Tenemos confianza plena en los investigadores del BEA", aunque "su trabajo llevará tiempo", "tal vez semanas" incluso si los datos son aprovechables, advirtió Cuvillier.
El jefe de la diplomacia francesa, consciente de las suspicacias que ha suscitado el hecho de que Francia acapare la investigación, puesto que Mali le ha cedido ese papel ante su falta de medios, quiso dejar claro que "el trabajo de análisis" del BEA se va a hacer "en coordinación con Mali y Argelia".
Por otro lado, el Gobierno francés ha nombrado a dos coordinadores, un diplomático y un responsable de la Dirección General de la Aviación Civil, que van a ser "los interlocutores de las familias" ante las administraciones, pero también ante las aseguradoras, las compañías aéreas u otros actores.
El Ministerio francés de Exteriores se ha comprometido a que de aquí al fin de semana esas familias (había 54 franceses en el vuelo) dispongan ya de un certificado de defunción con el que iniciar otros procedimientos.
2014-07-28