La presidenta brasileña Dilma Rousseff afirmó que la única forma de mantener una anunciada visita oficial a Estados Unidos, suspendida en octubre tras revelaciones de espionaje norteamericano, es recibir disculpas y garantías de que no ocurriría más.
En una entrevista con el grupo noticioso RBS, del estado sureño de Rio Grande do Sul, la gobernante aseguró que el espionaje del cual ella misma fue objeto por parte de Estados Unidos, es diferente de las revelaciones de que Brasil espió agentes de Rusia, Irán e Irak basados en el país suramericano entre 2003 y 2004, por cuanto no hubo violación de soberanía de ningún país.
Rousseff tenía previsto realizar una visita oficial a Washington el 23 de octubre para encontrarse con su colega Barack Obama pero canceló el viaje ante las revelaciones de espionaje de parte de Estados Unidos, que habrían vulnerado mensajes privados de la mandataria y de la petrolera estatal Petrobras.
"Yo iría a viajar. La discusión que derivó de esas denuncias nos llevó a la siguiente propuesta a Estados Unidos: solo hay una forma de resolver este problema, que se disculpen por lo que ocurrió y nos den garantías de que no ocurrirá más. No fue posible llegar a eso", declaró Rousseff en la entrevista.
Se quejó de que Washington defiende su programa de espionaje al argumentar que es una forma de combatir el terrorismo, al señalar que las revelaciones de la prensa sobre el espionaje indican que Brasil, Alemania y Francia fueron blanco de vigilancia, siendo que ninguno de esos países es acusado de promover terrorismo.
"Lo que está en cuestión en el caso de la denuncia del espionaje contra Brasil y otros países es que se violaron no solo correos electrónicos privados, conversaciones telefónicas de jefes de estado, sino también de individuos y empresas, en un contexto que no tiene que ver con la lucha contra el terrorismo", sostuvo.
No obstante, aclaró que la discrepancia no afectó las relaciones con Estados Unidos tras las denuncias, basadas en documentos obtenidos por Edward Snowden, un ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana actualmente asilado en Rusia.
"No hay interrupción en ningún nivel de las relaciones tradicionales entre Brasil y Estados Unidos. Ahora, no es posible que entre países amigos y con relaciones estratégicas no se tome en cuenta el hecho de que no es posible espiar a la presidenta o la primera ministra. No es adecuado", expresó.
Consultada sobre la diferencia en la revelación de la prensa esta semana, de que Brasil espió diplomáticos de Irán, Irak y Rusia, Rousseff aseguró que "fue preventivo y no tuvo ninguna consecuencia de espiar a alguien en su privacidad. No violó privacidad, (solo) acompañó actividades, eso está previsto en la legislación brasileña".
Acotó que los casos de espionaje divulgados por el diario Folha de S. Paulo y confirmados por el gobierno, fueron acciones realizadas por la Agencia Brasileña de Inteligencia ante sospechas de que las personas vigiladas interfirieron en negocios públicos y privados de Brasil./ap