Frente a frente en las capitales de Europa, Rusia y Occidente comenzaron el miércoles a construir los elementos de una solución diplomática a la crisis más grave en Europa desde la Guerra Fría, incluso a pesar de que los países occidentales parecían cada vez más resignados a la presencia rusa en Crimea.
La OTAN contraatacó al suspender las maniobras militares y reuniones que tenía previstas con Rusia, al tiempo que la Unión Europea ofreció 15.000 millones de dólares en ayuda a Ucrania, con lo que igualó la cantidad que el presidente Víktor Yanukovich, que se encuentra prófugo, aceptó de Moscú a cambio de dar la espalda a un acuerdo comercial con la UE.
A medida que los esfuerzos por la paz arrancaban en París y Bruselas, la inestabilidad reinaba en Ucrania: un enviado especial de Naciones Unidas en visita a Crimea fue amenazado por hombres armados que lo obligaron a marcharse de la región. Mientras tanto, cientos de manifestantes, muchos de ellos al grito de "¡Rusia! ¡Rusia!", allanaron un edificio gubernamental en el este ucraniano, lo que renovó los temores de que la agitación pudiera extenderse más allá de Crimea y apoderarse de otras partes del país donde predomina el idioma ruso.
El primer ministro de Ucrania dijo a The Associated Press en su primera entrevista desde que asumió el puesto que aún teme que el presidente ruso Vladimir Putin pudiera intentar apoderarse de más territorio.
"Señor presidente", dijo Arseni Yatsenyuk, "detenga este desorden".
Yatsenyuk se comprometió a mantener Crimea como parte de Ucrania, pero se dijo abierto a concederle más autonomía. El canciller ucraniano, Andri Deshitsia, declaró a la AP que los ciudadanos en Crimea partidarios de Rusia deben estar dispuestos a reemplazar a las fuerzas armadas con observadores internacionales si es que desean una votación en torno a una mayor autonomía.
Pero Rusia tiene en sus manos la mayoría de las cartas para negociar, ya que sus tropas están por toda Crimea y controlan la mayor parte de sus instalaciones estratégicas.
Un creciente coro de destacadas voces estadounidenses expresaron su resignación de que Crimea haya sido perdida ante Rusia. "No me siento optimista de que vayan a irse", dijo Michael McFaul, que fungió como embajador del gobierno del presidente estadounidense Barack Obama ante Rusia hasta la semana pasada.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry, el canciller ruso Serguéi Lavrov y varios de sus homólogos europeos efectuaron una intensa ronda diplomática en París con el fin de intentar hallar una estrategia de salida a la crisis.
En una conferencia de prensa ofrecida después de las conversaciones, Kerry dijo que el encuentro fue "muy constructivo, sin prometer algo que aún no está definido, sin dar esperanzas que es inadecuado dar".
"Quiero ser realista. Esto es algo muy difícil y un momento muy grave", afirmó Kerry. "Pero prefiero estar donde estamos hoy que donde estábamos ayer".
"En lo personal siento que tengo algo concreto para llevar de regreso y comentarle al presidente Obama", dijo Kerry, aunque no especificó de qué se trata.
Aunque las negociaciones no alcanzaron conclusiones, altos funcionarios europeos expresaron su optimismo de que al menos ambas partes están dialogando y logrando avances.
"Por primera vez, a partir de esta reunión en París, algo se movió en la dirección correcta", afirmó el canciller francés Laurent Fabius.
Lavrov, en declaraciones vertidas en España antes de reunirse con Kerry, advirtió contra el respaldo occidental a lo que Moscú considera un golpe de Estado en Ucrania, y dijo que ello podría alentar el derrocamiento de gobiernos en otras partes.
"Si se permite que los que tratan de gobernar a nuestro gran y gentil vecino histórico hagan lo que quieran", advirtió Lavrov, "debemos comprender que un mal ejemplo es contagioso".
Aunque Rusia expresó su apertura a la mediación internacional, un punto que ha bloqueado los avances ha sido la negativa del Kremlin a reconocer a los nuevos líderes de Ucrania, mucho menos sentarse a la mesa de negociaciones con ellos.
"Desearía poderles dar algunas buenas noticias", dijo el canciller polaco Radoslaw Sikorski, "pero desafortunadamente no ha sido posible juntar a los ministros de relaciones exteriores de Ucrania y de Rusia".
La reunión del miércoles en París, originalmente programada para hacer frente a la crisis de refugiados sirios, se llevó a cabo después de que Putin pareció dar marcha atrás luego de que el problema estuvo a punto de convertirse en una guerra, diciéndole a los reporteros en sus primeros comentarios desde la toma de Crimea que no tiene intenciones de "luchar contra el pueblo ucraniano". /AP