EFE
Los manifestantes prodemocráticos y el Gobierno de Hong Kong tensaron hoy su pulso, después de que el presidente del Parlamento anunciase que el jefe del Ejecutivo no dimitirá y mientras los ciudadanos cercan con sus protestas las inmediaciones de los edificios oficiales.
La policía ya ha advertido de que habrá "serias consecuencias" en caso de que los manifestantes intensifiquen su protesta, por lo que no descarta el uso "apropiado" de la fuerza.
La "revolución de los paraguas", como se ha llamado popularmente a este movimiento democrático, llegó hoy al quinto día de protestas por distintos puntos de Hong Kong con la mirada puesta en el jefe del Gobierno local, Cy Leung, a quien diversos grupos manifestantes han pedido su dimisión para finales del día de hoy, con amenazas de recrudecer las protestas si no se atiende a sus peticiones.
El Presidente del Consejo Legislativo -el Parlamento de Hong Kong-, Tsang Yok-Sing, enterró todas las esperanzas de los grupos estudiantiles, al afirmar hoy que "no hay la más mínima posibilidad" de que Cy vaya a dejar su cargo.
Tsang llegó a señalar, en una rueda de prensa, que, incluso si quiere renunciar, "Pekín no le dejará".
Con sus palabras, Tsang respondía a la advertencia lanzada ayer por Lester Shum, vicesecretario de la Federación de Estudiantes, una de las organizaciones estudiantiles que lidera las protestas, de que estaban preparados para intensificar su campaña de desobediencia civil si Leung no dejaba su cargo hoy y advirtió de que si no lo hacía comenzarán a ocupar sedes gubernamentales.
Desde entonces, ningún portavoz de las organizaciones estudiantiles y populares que se erigen como propulsoras de esta protesta a favor de unas elecciones libres en Hong Kong, ha hecho anuncio alguno sobre cuáles serán sus próximos movimientos.
De momento, los manifestantes siguen paralizando el normal funcionamiento de enclaves financieros y comerciales de la ciudad con su ininterrumpida sentada y se desconoce si llevarán a cabo el ultimátum.
Además, el Gobierno de Hong Kong pidió al movimiento "Occupy Central" que ponga fin "inmediatamente" a la ocupación de las calles de la ciudad a fin de restablecer el orden y la actividad de los más de 3.000 empleados del gobierno que mañana deberán volver a sus lugares de trabajo, cuyos accesos están tomados por los manifestantes.
En un comunicado emitido durante una conferencia de prensa con miembros destacados del Ejecutivo local, se señala que si el asedio a las oficinas gubernamentales continúa, la situación afectará al funcionamiento de ciertos servicios sociales que podría repercutir directamente en los ciudadanos.
El superintendente de la policía de Hong Kong, Steve Hui, advirtió hoy en rueda de prensa de que podría haber "serias consecuencias" si los organizadores de las protestas deciden intensificar su acoso a los edificios del gobierno.
Hui señaló que desde su departamento se tomarían medidas "firmes" contra los actos violentos y no descarta cualquier uso "apropiado" de la fuerza si la situación lo requiriera.
A la vez que se hacían estos anuncios oficiales, algunos manifestantes se enfrentaron a agentes policiales a los que se vio acceder a los edificios gubernamentales con cajas en las que podía leerse que contenían porras y objetos inflamables, sospechando que se tratara de material antidisturbios.
Los manifestantes mantienen tomadas cuatro zonas de la ciudad desde el pasado sábado por la noche, cuando el "Occupy Central" proclamó la puesta en marcha de su anunciada campaña de desobediencia civil que dio a conocer a finales de agosto después de que Pekín anunciara restricciones en la elección de los candidatos para las próximas elecciones al jefe de Gobierno local en 2017.
La zona del centro urbano de la ciudad, Admiralty, donde se encuentran las sedes del Gobierno y del Parlamento, continúa siendo el centro de la protesta y esta mañana iban sumándose más familias, si bien el número de manifestantes que pasaron la noche en sus alrededores fue menor al de días anteriores.
"Acabo de llegar para quedarme aquí todo el día, como hice ayer y los días anteriores después de salir del trabajo. Lo hago por mí y por estos estudiantes que están aquí representándonos", dijo a Efe Cherry Szeto, una administrativa hongkonesa.
"Estaremos aquí hasta el final y con todas las consecuencias, queremos que se nos escuche, exigimos algo razonable y no nos iremos sin ello", argumentaron los miembros de un grupo de estudiantes de diseño, preparados para lo que pudiera suceder al final del día.
2014-10-02