EFE).- La amenaza terrorista no ha disuadido a los franceses de ir a votar en las primera vuelta de las presidenciales, marcadas por las extraordinarias medidas de seguridad pero también por el interés que ha despertado en los ciudadanos, que consideran los comicios "cruciales".
A la puerta del Ayuntamiento del distrito II de París, donde se ha abierto una mesa electoral, Yanine, guardia municipal, filtra a los electores que acuden.
"A diferencia de otros años nos han dicho que tenemos que llevar el chaleco antibalas", dice a Efe la agente.
Yanine registra los bolsos y las mochilas de todos los electores que acuden y efectúa un cacheo a aquellos que llevan un abrigo largo.
"Es la primera vez que hacemos este tipo de registros, es a causa del estado de emergencia", explica la policía municipal.
Tanto ella como su compañero tienen prohibido entrar en la sala donde está instalada la mesa electoral, a la que tampoco tiene acceso la policía, a menos que lo autorice el presidente de la misma.
Los agentes municipales, que en Francia no pueden llevar armas, están apostados en la puerta del Ayuntamiento y conectados por radio con el responsable de la mesa electoral.
"En caso de que haya un incidente nos avisa", asegura la agente. Cada presidente de mesa cuenta con una orden del Ministerio del Interior que facilita la entrada a la sala a las fuerzas del orden en caso de necesidad.
Francia ha desplegado un dispositivo excepcional para las elecciones, las primeras de su historia que se celebran bajo el estado de emergencia, decretado tras los atentados del 13 de noviembre de 2015.
La amenaza yihadista que pesa contra el país ha llevado al Gobierno a movilizar 50.000 agentes y 7.000 soldados para ocuparse de la seguridad.
El atentado del pasado jueves en los Campos Elíseos de París, que costó la vida a un policía dos días después de que se detuviera a dos personas en Marsella que preparaban otro contra la campaña electoral, volvió a poner de manifiesto que el país está en el punto de mira de los terroristas.
El dispositivo desplegado para la jornada electoral es insuficiente para situar una patrulla en cada uno de los casi 67.000 colegios en los que están llamados a votar casi 47 millones de franceses.
Muchas alcaldías han contratado servicios privados de seguridad y las patrullas policiales efectúan rondas por los diferentes colegios electorales.
"No tengo miedo, hay más muertos en la carretera que por el terrorismo", asegura a Efe Aurelien Veill, que ha acudido a votar junto a su hijo y a su esposa Isabelle.
Ésta, en español, afirma que las presidenciales que afronta Francia son "muy importantes" para evitar "que pase lo de Estados Unidos o el Reino Unido", en referencia a la elección de Donald Trump y al "brexit".
"El presidente que vamos a elegir es importante en el curso de nuestra historia", afirma la mujer que, como su marido, ha acudido a votar sin ningún miedo.
Tampoco lo tiene Thibaut de Premorand, que acude a votar por vez primera aunque ya tenía edad para hacerlo en las anteriores presidenciales de 2012.
"Entonces no me pareció importante votar, había que elegir entre dos opciones que no me gustaban. Ahora hay la posibilidad de acabar con este sistema en el que el presidente tiene todo el poder", afirma este estudiante que no oculta su preferencia por el candidato izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que promete acabar con lo que ha bautizado como "la monarquía republicana".
También es la primera vez que vota Anna N’Diaye, una joven deseosa de poner fin a los "catastróficos" cinco años de gobierno del socialista François Hollande.
"La gente se siente perpleja ante la política, la abstención sube mientras que la desconfianza respecto a los políticos aumenta. Así que considero importante recordar que siempre será mejor venir a votar que no hacerlo", asegura.
2017-04-23