Uno de los dos grandes sindicatos que convocaron la huelga general de hoy en Portugal, la socialista UGT, calculó en un 50 % la adhesión a la protesta, que consideró una "fuerte" señal de rechazo a la política de austeridad del Gobierno.
Carlos Silva, secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), calificó de "gran éxito" este paro en rueda de prensa.
Por su parte, Armenio Carlos, secretario general de la otra gran central lusa que convocó la protesta, la comunista Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP), no dio cifras concretas de participación, pero consideró, también en conferencia de prensa, "excepcional" su seguimiento.
Las autoridades y la patronal no dieron, como es habitual en las huelgas en este país, ningún dato sobre la incidencia de la protesta, pero un ministro subrayó en un breve comentario a los periodistas que el país no estuvo hoy parado.
Según los cálculos del líder de UGT, en Portugal -con una población activa de 5,5 millones de personas de la que un millón está en paro- hubo hoy una adhesión al paro de más de dos millones de trabajadores.
La incidencia de esta cuarta huelga general contra el Ejecutivo conservador de Pedro Passos Coelho fue mayor en el sector público que en el privado, argumentó, tanto por el mayor impacto de las medidas de austeridad entre los funcionarios como por las pequeñas empresas, menos proclives a las huelgas, que abundan en Portugal.
En comparación con las anteriores huelgas generales promovidas por este sindicato en 2010 y 2011, Silva se mostró convencido de que el paro de hoy registró una mayor adhesión.
Según el líder de la UGT, los transportes, las telecomunicaciones y los servicios públicos fueron los sectores más afectados, mientras en la banca la adhesión fue menor de la deseada, pese a que estuvieron cerradas un centenar de sucursales de la mayor entidad del país, la estatal Caixa Geral de Depósitos.
De los medios de comunicación -en los que no se notó en general el paro- Silva resaltó la paralización de la agencia nacional de noticias Lusa, que no transmitió una sola información durante toda la jornada.
Al contrario que la UGT, que se mostró abierta al diálogo y pidió concertación social sobre la política económica, el líder de la central comunista amenazó con un verano "caliente" de conflictividad social para frenar los nuevos recortes presupuestarios que quiere aprobar el Gobierno.
Carlos pidió la renuncia del Ejecutivo, que tiene mayoría absoluta y acaba de cumplir los dos primeros años de legislatura, y consideró la huelga de hoy una prueba de que los ciudadanos "exigen un cambio de Gobierno y de política". /EFE