AP
El servicio sismológico de Estados Unidos informó que un nuevo temblor de 6,6 sacudió el Pacífico nicaragüense, sin que haya reportes inmediatos de víctimas o daños.
El sismo se registró a las 14.29 y el epicentro fue localizado cerca de la ciudad de Nandaime y a unos 61 kilómetros al sureste de la capital nicaragüense, con una profundidad de 150 kilómetros.
El epicentro fue ubicado en lugar diferente al terremoto de 6,1 que se registró el jueves en el lago de Xolotlán, en la región oeste de Managua.
El alcalde de Nandaime, Guillermo Martínez, dijo al estatal canal 6 de Televisión, que no hay un reporte de daños materiales ni de víctimas. Dijo que hará un recorrido por los diferentes puntos del municipio para poder brindar información sobre la situación en las próximas horas.
El servicio sismológico nicaragüense dijo que aún no tiene información detallada del sismo del viernes.
El sismo del jueves dejó un muerto y más de 200 heridos, daños en más de 700 vivienda y la suspensión de los servicios de electricidad y agua potable en algunos lugares.
Se registraron más de 1.000 réplicas, lo que llevó al gobierno del presidente Daniel Ortega a decretar alerta roja, que implica activar todos los comités locales de emergencia y mantener constante comunicación entre las diversas entidades sobre eventos específicos que tengan que ver con riesgos inminentes para la ciudadanía.
Imágenes mostradas por diversos medios televisivos mostraban el miedo de la gente que se encontraba en supermercados de la capital buscando víveres. "Las estanterías se movieron violentamente y muchos productos cayeron al suelo, hubo un momento de miedo y gente salió corriendo", dijo Ángeles Rodríguez.
En la catedral Metropolitana de Managua, donde centenares de personas celebraban un acto religioso previo a la Semana Santa, miembros de la Cruz Roja y de los bomberos recomendaron a las autoridades religiosas, suspender la actividad obedeciendo al alerta roja del Gobierno y que ordena que no se celebren actividades que agrupe a personas.
"Ya nos estábamos calmando porque aunque han habido réplicas, pero este último sismo fuerte nos ha vuelto a angustiar, son cosas de Dios, solo nos queda orar", dijo Miguel Ugarte.
Ronny Davies, un camarero de 27 años, dijo a The Associated Press que el alerta decretado por el gobierno "hace que ya haya poca gente en las calles… de que los edificios estén vacíos". Agregó que "la ventaja es que hay muy poco edificios grandes aquí desde el terremoto antiguo (en 1972)" de 6,2 que destruyó la capital y dejó más de 10.000 muertos en Managua.
El terremoto se sintió también en El Salvador y Costa Rica.