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Una víctima chilena de abuso sexual dijo el miércoles que espera que no sólo el arzobispo y cardenal de Santiago, Ricardo Ezzati, sea citado por un tribunal de justicia a declarar por presunto encubrimiento de un depredador sexual, sino que aspira a que lo sigan muchos más de sus colegas.
Esta es la primera vez en Chile que un cardenal es citado a declarar como imputado.
Ezzati fue convocado la víspera por un tribunal en calidad de acusado de un eventual encubrimiento del abuso sexual cometido por su excanciller de la diócesis santiaguina, Oscar Muñoz, detenido desde el 12 de julio acusado de cinco agresiones sexuales a niños.
“A mí me parece que al cardenal Ezzati le queda poco de arzobispo de Santiago, pero le queda mucho, mucho camino todavía que recorrer frente a la justicia que se le viene encima a él y a todos sus colegas”, dijo a The Associated Press el periodista Juan Carlos Cruz, quien desde hace tiempo denunció abuso. “Esto no para aquí con Ezzati; sigue con muchos otros miembros de la Conferencia Episcopal chilena, el cardenal (emérito Francisco Javier) Errázuriz”, entre otros, agregó.
Ezzati, de 76 años, presentó su renuncia al papa Francisco al cumplir los 75 años en que deben dimitir los religiosos. La citación judicial podría acelerar de parte del papa la aceptación de su dimisión.
No obstante, un experto en sociología de la religión consultado por la AP, Cristian Parker, opinó que la demora de Francisco en remover o intercambiar obispos en las diócesis chilenas, incluida la de Santiago, se debe a que faltan candidatos sin manchas. “El problema es el recambio, (Francisco) no tiene la certeza de vaya a ser un mejor remedio”, señaló Parker.
Ezzati, por ser parte de la jerarquía católica, no está obligado a presentarse físicamente al tribunal de Rancagua, 80 kilómetros al sur de Santiago, según la legislación civil vigente. Puede fijar un lugar como residencia y hasta la hora en que recibirán al fiscal Emiliano Arias.
Arias allanó con orden judicial en dos ocasiones las dependencias de la desde arquidiócesis de Santiago, donde Muñoz trabajaba bajo las órdenes directas de Ezzati. Arias dio a entender claramente la semana pasada que investigaría un posible encubrimiento de Ezatti.
El fiscal también explicó a la prensa que el material incautado en Santiago mostró que Muñoz abusó no sólo de un niño, sino al menos de cinco y que tras auto denunciarse a comienzos de enero de este año, siguió agrediendo sexualmente de niños.
Son varios los obispos sindicados como encubridores de abusos sexuales, así que otros posibles implicados podrían seguir a Ezzati.
La Iglesia chilena pareciera ir en caída libre en un proceso que no se ha detenido desde febrero último.
Durante enero, en una fracasada visita a Chile, Francisco se vio envuelto en polémica por defender al obispo Juan Barros, formado por el mayor cura pedófilo chileno, y por calificar de calumniadores a las víctimas. Poco después, el papa ordenó una investigación a la iglesia local.
Tras leer en marzo el informe de 2.300 páginas, Francisco aseveró de manera inédita que la Iglesia Católica local vive desde hace décadas “una cultura de abuso sexual y encubrimiento”.
Los 31 obispos activos debieron poner sus cargos a disposición del papa, quien ya ha aceptado cinco renuncias.
2018-07-25
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