Redacción 2001
Las puertas del cielo y las de la Iglesia no son tan chiquitas como hasta hace poco parecía, al menos para los divorciados.
Por años la interpretación de la enseñanza de Jesús: “Lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe”, cerró el paso de muchos reincidentes del matrimonio a contraer nupcias en la Iglesia.
En otra manifestación de cambios en las estructuras vaticanas, el papa Francisco ha lanzado este miércoles una frase que cuestiona el viejodogma, casi escrito en piedra en el pensamiento cristiano desde los días del Nuevo Testamento.
La reflexión del Pontífice en la audiencia general de este miércoles, que se celebró en el Aula Pablo VI, sorprendió a los asistentes.
“Hoy nos referimos a la situación de aquellos que tras la ruptura de su vínculo matrimonial han establecido una nueva convivencia. (…) Estas personas no están excomulgadas como algunos piensan, ellas forman parte de la Iglesia”.
Posición adelantada. La avalancha de críticas positivas y negativas que asoma tema tan candente, llevó al Papa a cubrir sus espaldas diciendo que, si bien, sus palabras chocan contra la pared del sacramento del matrimonio, la Iglesia es una “madre que busca el bien”, sin exclusiones.
“Es necesaria una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, hacia estas personas que en efecto no están excomulgadas, como algunos piensan: ellas forman parte siempre de la Iglesia”, ha sentenciado.
Educación cristiana. Para reforzar los argumentos, Jorge Mario Bergoglio pidió a su auditorio reflexionar antes su pregunta: “¿Cómo podemos recomendar a estos padres que hagan todo lo posible para educar a sus hijos en la fe cristiana si les alejamos de la vida de la comunidad, como si fueran excomulgados?”.
El Sumo Pontífice no esperó la respuesta de los asistentes al encuentro y sentenció: “es necesaria una auténtica y fraterna acogida” de estas personas en el seno de la Iglesia Católica.
“Los más pequeños son los que más sufren (…). No se debe sumar más peso al que estos chicos ya soportan cuando están en esta situación”.
“Todos pueden formar parte de la comunidad, la Iglesia es la casa paterna en la que hay espacio para todos (…). La Iglesia no tiene las puertas cerradas a nadie”.