Los restos del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien murió el martes en su batalla contra el cáncer, serán embalsamados y reposarán en el Museo Militar de Caracas, el que fue su comando de operación en el intento golpista que encabezó en 1992, anunció el vicepresidente Nicolás Maduro.
Maduro dijo que los restos embalsamados serán exhibidos en una urna de cristal de manera indefinida, al igual que el líder de la revolución rusa Vladimir Lenin.
El vicepresidente hizo el anuncio en el segundo día de exequias en capilla ardiente, con urna descubierta, ante la cual desfilaron cientos de miles de simpatizantes, así como presidentes que llegaron para el funeral.
"Se ha decidido preparar el cuerpo del comandante presidente (Chávez), embalsamarlo, para que quede abierto permanentemente en el Museo de la Revolución", anunció Maduro.
"Quedará el cuerpo de nuestro comandante en jefe embalsamado en el Museo de la Revolución de manera especial para que pueda estar en una urna de cristal para que el pueblo pueda tenerlo allí por siempre. Por siempre!", agregó el vicepresidente en medio de los aplausos de los seguidores del "comandante".
Chávez falleció el martes a los 58 años tras luchar contra un cáncer en la zona abdominal que le fue detectado a mediados de 2011. Antes de partir por última vez a Cuba en diciembre pasado, el líder bolivariano había anunciado su decisión de elegir a Maduro como posible sucesor en caso de una eventualidad.
El Museo Militar, o de la "Revolución", es un viejo cuartel, ubicado en una colina cercana a la casa de gobierno, desde donde Chávez dirigió el intento de golpe de Estado el 4 de febrero de 1992 contra el presidente Carlos Andrés Pérez, y que lo dio a conocer ante la opinión pública venezolana.
Maduro aseguró que el cuerpo de Chávez será exhibido de manera indefinida como sucede con los líderes revolucionarios de China, Mao Tse Tung, y de la extinta Unión Soviética, Lenin.
Asimismo, destacó que las exequias se extenderán al menos siete días para que más personas tengan la oportunidad de ver los restos del líder bolivariano. "El comandante Chávez va a estar en posibilidad de ser visto por lo menos siete días más por parte del pueblo de Venezuela para que todo el pueblo lo pueda ver", apuntó.
De todas maneras, se realizarán los funerales formales este viernes, como se había previsto. Maduro también dijo que se estudiará lo que "ha pedido el pueblo", refiriéndose al posible traslado de Chávez al Panteón Nacional, donde reposa el Libertador Simón Bolívar, su máximo inspirador.
Las declaraciones de Maduro se producen horas después de que el ministro de Información, Ernesto Villegas, asegurara que más de dos millones asisten a las exequias de Chávez, pero que la gran afluencia de gente haría imposible que todos lo vean directamente.
"Se ha desbordado el pueblo venezolano, más de dos millones de personas se han movilizado a lo largo y ancho del territorio nacional, en el día de ayer y en esta jornada, y nosotros seríamos unos irresponsables si a estas alturas mantuviéramos la ilusión de que todos podrán darle un saludo directo al comandante Chávez", admitió el funcionario.
Además de la cantidad de gente, otro inconveniente es el trámite para ingresar al Salón de Honor. Los visitantes deben quitar las baterías de sus teléfonos celulares y personal de seguridad verifica que esto se cumpla estrictamente, ya que no está permitido que se tomen fotografías.
A su vez, deben vaciar mochilas, bolsos, carteras y bolsillos: las pertenencias deben quedar a la vista. A la lista de objetos prohibidos para entrar se suman armas, botellas, paraguas, banderas y palos. Todas estas cosas deben dejarse a un costado, en un espacio dispuesto en la entrada.
Desde el momento de su muerte el oficialismo ha debatido el lugar donde deberían ser inhumados sus restos, luego de que varios dirigentes propusieran que fuesen depositados junto a Bolívar.
Maduro aseguró que la mejor prueba del amor del mundo hacia Chávez lo muestra el hecho de que hasta 55 jefes de Estado y cancilleres asistirán a su funeral.
Pese a las dificultades, el calor y las horas de espera, una interminable fila de simpatizantes, con gestos de dolor y tristeza, desfiló ante el féretro del fallecido presidente.
Las filas se extendían por más de seis kilómetros desde el Salón de Honor de la Academia Militar. El gobierno pidió comprensión a quienes quieren ver al mandatario y que por la magnitud de la manifestación no podrán hacerlo.
Durante la jornada llegó al país la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, junto con su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva, para sumarse a los mandatarios de Bolivia, Evo Morales; de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y de Uruguay, José Mujica, quienes la víspera hicieron la guardia de honor en el comienzo de la capilla ardiente.
En la capilla ardiente, Maduro sostuvo una conversación ante el ataúd con Rousseff y Lula. En la noche se sumó también a las exequias el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien fue recibido por el canciller Elías Jaua.
Miles de personas pasaron la noche haciendo una larga fila. Todos soportaban el calor y las horas de espera con tal de darle el último adiós al "comandante", quien gobernó durante 14 años y por su cáncer no pudo juramentarse para el mandato 2013-2019, para el que fue reelegido en octubre pasado.
Para este viernes se espera una multitudinaria manifestación, ya que la mayoría de los ministerios, empresas estatales e incluso bancos privados tendrán un asueto para facilitar la movilización.
Jaua admitió que ha habido problemas logísticos para suplir de agua o servicios sanitarios a los asistentes en las exequias, algo que atribuyó a que el gabinete ministerial nunca manejó el escenario de la muerte del líder bolivariano.
"Nunca quisimos estar preparados para esto (la muerte de Chávez) y (en) el equipo político jamás pensamos en planificar esto porque siempre nuestro escenario fue a la vida de Chávez, nunca a la muerte de Chávez", apuntó.
También agradeció la solidaridad internacional hacia Venezuela, tras la muerte de Chávez más allá de las distancias o posiciones ideológicas./AFP