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El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la posibilidad de una intervención militar en Venezuela podría oxigenar al impopular mandatario Nicolás Maduro, quien ha usado por largo tiempo la amenaza de una agresión estadounidense para justificar políticas que han herido gravemente la economía.
El presidente venezolano ha continuado con la "revolución" socialista iniciada por el fallecido Hugo Chávez hace casi 20 años. La clave de la retórica populista usada por ambos es una batería de constantes advertencias de que el "imperio" de Estados Unidos está planeando una invasión para apoderarse del crudo venezolano.
La supuesta amenaza de una incursión militar estadounidense había sido rechazada y calificada como una mentira por la oposición hasta el viernes, cuando Trump dijo que no estaba descartada una opción militar en Venezuela como respuesta a la crisis política en el país sudamericano.
"Le está haciendo más bien un favor a Maduro para que el fortalezca su posición frente al imperio, que le ha funcionado a él y funcionaba a Chávez", dijo el abogado Luis Alberto Rodríguez, sentado en un café, fumando un habano y en uno de los barrios más ricos de Caracas.
"No va a tener ninguna repercusión más allá del hecho que el Gobierno Venezolano lo usará para unificar mucho más a su gente y atacar más, desde un punto de vista retórico, a la oposición", agregó.
Seguidores y aliados de Maduro, que con regularidad acusan a los líderes de la oposición de servir como "lacayos" de Washington, no perdieron tiempo en atacar.
"¡Métase en sus asuntos, solucione sus problemas, señor Trump!", dijo el hijo de Maduro también llamado Nicolás, en una reciente sesión en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que fue elegida a fines de julio para reescribir la carta magna. El hijo del mandatario fue electo como constituyente.
La oposición teme que la constituyente elimine cualquier control al presidente venezolano, mientras que los críticos en todo el mundo la han condenado como una afrenta a la democracia.
Una marcha el sábado contra Maduro se llevó a cabo con pocos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y sin víctimas. Más de 120 personas han muerto en protestas desde abril, en momentos que el país petrolero vive su más profunda crisis económica agravada por una inflación de tres dígitos, así como por la escasez de alimentos y medicamentos.
La coalición opositora venezolana Mesa de la Unidad Democrática (MUD) emitió un comunicado el domingo, en el que no nombró directamente a Trump, pero que rechazó la "intervención cubana y la amenaza militar de cualquier potencia extranjera".
"La dictadura de Nicolás Maduro ha llevado a Venezuela a una tragedia humanitaria sin precedentes. Ahora se suma a la crisis la amenaza del uso de la fuerza por parte de una potencia extranjera", dijo la oposición.
EL MAYOR REGALO
La oposición, que controla el parlamento que ha sido restringido por el mayor tribunal del país, boicoteó la elección de la constituyente el mes pasado.
Los líderes han pedido un adelanto de las elecciones presidenciales, que Maduro probablemente perdería mientras su popularidad sigue golpeada en parte por la grave crisis económica.
"Maduro no podría haber pedido un regalo mayor a Trump; más bien le proporcionó argumentos para su teoría de la conspiración hasta ahora inverosímil", dijo el sociólogo David Smilde.
Smilde agregó que la amenaza de Trump de una incursión militar en Venezuela puso a la oposición de "espaldas", después de que un grupo de gobiernos latinoamericanos se unieran la semana pasada para cuestionar a Maduro por impulsar las elecciones de la asamblea constituyente.
"Ha amenazado con desvanecerse el consenso regional emergente respecto a Venezuela, y hoy, los países que el martes firmaron una fuerte declaración criticando la dirección autoritaria de Maduro, están gastando su tiempo criticando las declaraciones de Trump", dijo Smilde.
2017-08-14