Nayzai Saavedra
Las bibliotecas escolares están uniendo el material físico y didáctico con todo lo que representa la tecnología.
Los especialistas del área educativa consideran que este proceso de evolución, siempre y cuando sea llevado correctamente, resultará enriquecedor para los estudiantes. Incluso, aseguran que en el marco internacional de las bibliotecas escolares es propicio hacer ver que más allá de haber una sustitución o un reemplazo -de creer que estos espacios han quedado en el olvido- los mismo se están adaptando al siglo XXI.
En Venezuela hay realidades que marcan una gran diferencia entre las bibliotecas escolares de una unidad educativa u otra, sobre todo en el caso de los centros públicos y privados.
María Antonieta Angarita, experta en políticas de educación y representante de la ONG Excubitus, indicó que en las bibliotecas del Estado el texto base es la Colección Bicentenario y ese es el principio rector en las instituciones públicas, lo que dicta de estar muy lejos de la variedad que necesitan los chamos para desarrollar criterio.
“Quizás puede que tengan libros de algunas donaciones, pero el Estado no cuenta con recursos para invertir en insumos de calidad para la biblioteca. Si hay otra iniciativa se desconoce públicamente”, dijo Angarita.
Una visión más amplia. Olga Ramos, especialista en educación y representante del Observatorio Educativo de Venezuela, dijo que anteriormente se dotaban a las bibliotecas con textos que el ministerio, la Gobernación o la Alcaldía adquirían para que hubiera suficiente variedad y calidad, de distintas editoriales, novelas, libros de análisis, títulos complementarios, comprados dentro de una lista elaborada por los especialistas.
“Se trataba que el listado fuera lo suficientemente bueno y apegado a lo que se esperaba que aprendieran los estudiantes”, señaló.
Hace 20 años se crearon la “Bibliotecas de aulas”, la cual representaba un espacio más pequeño al alcance de los chamos con los textos que enriquecerían los objetivos de ese grado en específico, pero esta estrategia ya no se ve o se ve muy poco.
Consideraciones. Ramos explicó que con la entrada de internet en las escuelas también se abre una ventana, donde hay competencias adicionales que se requieren desarrollar. “La lógica cambia con el internet, hay un acceso ilimitado a fuentes de información y la calidad no está preestablecida. Es necesario dotar al docente y al estudiante, pero no debería ser la única ventana, leer en físico tiene sus ventajas y permite desarrollar destrezas que son distintas, competencias complementarias”, analizó la representante del Observatorio, agregando que fue un error por parte del Ministerio de Educación dar las Canaimitas y tablets primero a los estudiantes y luego a los profesores, pues muchos de ellos no estaban y no están preparados para dirigir la utilización de la herramienta del internet de forma correcta.
Indicó que a pesar de que el uso de la web está tomando más y más importancia en la educación, no se anula que las bibliotecas escolares tengan un repertorio de ciertas literaturas o libros en específico. Incluso de forma virtual, en un CD o en PDF.
“Hay que tomar en cuenta que hay escritos de personas que pueden ser muy buenos analistas o muy buenos mentirosos. Hay información falsa porque no se documenta bien y otra está hecha mal a propósito, en el mundo virtual hay que tener la capacidad de contrastar”, reiteró.
También consideró que en la actualidad muchos estudiantes se están apoyando más en las búsquedas de internet que en las bibliotecas, en los textos específicos o especializados. En este punto, Ramos indicó que no creería en la calidad de un docente que le dice a los estudiantes que busquen la información o resuelvan la tarea por internet.
Coincidió con Angarita en que la capacidad de tener acceso a internet en el país tiene grandes diferencias. Es decir, depende de la escuela, hay centros que tienen acceso a internet y otros que no. Además que en la parte pública los que invierten equipos y nuevas tecnologías no tienen presupuesto para enriquecer la biblioteca.
Censura informativa. El equipo del Diario 2001 contactó al departamento de “Recursos para Aprendizaje” del Ministerio de Educación para conocer cómo se estaba realizando el manejo de la red de bibliotecas escolares en el sector público, los avances con la tecnología y las actividades que llevarían a cabo en el marco de esta conmemoración. Sin embargo, luego de ser referidos por numerosos departamentos, cuando finalmente fueron atendidos en la dirección general, finalizaron la llamada en cuanto se indicó el nombre de medio. Al volver a hacer contacto y plantear la necesidad de vocería, un hombre respondió “mira aquí no tenemos tiempo para ustedes” y volvió a cortar la conexión.
2017-10-27