Armando Altuve
“El hombre que no tenga sueños y no quiera cambiar el curso de la historia realmente no está en sintonía”. Esa es la convicción del diputado por Lara, Germán Ferrer, quien afirma que el camino del país está orientado hacia el socialismo, modelo político y económico que pretendió en su momento instaurar el presidente Hugo Chávez. Ferrer asume que ese modelo aún no existe en el país, pero, asegura, que se está construyendo pese a las dificultades que ahora el oficialismo enfrenta por la crisis económica y el revés que sufrió en las elecciones del 6D en la que no lograron obtener la mayoría de las curules del parlamento venezolano.
En conversación con el Diario 2001, Ferrer admite que la situación económica produjo la derrota política del chavismo en los pasados comicios y asegura que pese a que el Gran Polo Patriótico no obtuvo la mayoría, los “diputados de la Patria” defenderán los logros conquistados y proyectos sociales creados en los últimos 17 años. Aunque no afirma si temen a una nueva caída en las elecciones de cara a las regionales, sí admite que el oficialismo trabajará para mantener su liderazgo en los estados. “Eso sería todo una proeza”, enfatiza el diputado.
¿Cuál es la interpretación que le dio usted a los resultados de las elecciones parlamentarias del 6D?
Fue una derrota contundente que más que no las haya dado la oposición, el revés lo produjo todo un esquema de presiones que hubo en Venezuela generado por la situación económica. La derrota fue económica. Desde el punto de vista social, nadie puede reconocer cómo en el país se ha atendido los problemas de una inmensa población venezolana que estuvo prácticamente toda la historia excluida. Sin embargo, llega Chávez y se siembra en la gente con una propuesta loable, indudablemente para resarcir el problema económico que venía arrastrando el país. Aquí teníamos índices altos de pobreza, alfabetismo y represión contra luchadores políticos y esas situaciones hizo que el modelo que imperó en la cuarta República se agotara y, por supuesto, surgiera una figura arrolladora como Chávez, creando una expectativa de esperanza.
Pero, todo tiene sostenibilidad desde el punto de vista económico y nosotros estamos insertos aún en la dinámica mundial del capitalismo, sistema al que nos hemos atrevido a darle un vuelco, pero también hemos estado inmersos en el rentismo petrolero que ha hecho tanto daño a los países que no han sabido aprovecharla.
¿Por qué aún el Gobierno le ha costado despejarse de la renta petrolera?
Nos acostumbramos al rentismo petrolero, pero tampoco ha habido claridad en la conducción de la economía del país para crear un modelo productivo. Hemos venido arrastrando el rentismo desde hace cien años y lo que ocurrió en la cuarta República, también pasa en la quinta: personas que se dedicaron a captar rentas y no a crear un aparato productivo sólido que permita producir bienes y servicios para la senda del desarrollo.
¿Que el Gobierno haya contado con la oportunidad de gozar de un precio de barril de petróleo sobre 100 dólares hace años influyó en ese arraigo rentista?
Sin duda alguna y tampoco supimos prever que los precios del crudo responden a un ciclo que está mediado por las estrategias económicas mundiales. Por ser incluso un país con las mayores reservas, eso creó una cultura del rentismo que nos llevó a una situación en la cual no supimos darle respuesta a nuestra población en cuanto a la satisfacción de bienes y servicios que ha fracturado a la población. Pero esta situación también ha sido aprovechada por mecanismos internos y externos que mantienen la “guerra económica”. Quienes tienen esa batalla, nos han visto en una situación de crisis y, por eso, comenzaron a acaparar y a instaurar un cerco económico a nivel internacional.
Eso debilitó a la economía y condujo a la oposición a presentar esa oferta engañosa que consistía en decirle a la gente que la última cola que haría sería para votar el 6 de diciembre. Todos sabemos que el problema económico no se resolverá de un día para otro, ni mucho menos obteniendo la mayoría en uno de los poderes del Estado como el Legislativo, sino organizando fuerzas, entre oposición y Gobierno, para resolver los problemas del país. En este momento, la prioridad es un diálogo.
En vista de la crisis económica que se ha recrudecido ¿Temen un revés en las próximas elecciones de gobernadores?
En las luchas se gana o se pierde. Vamos a hacer todo para no perder las gobernaciones. Eso sería toda una proeza. Pero allí está implícito el problema de la gestión y los recursos, y ahora el asunto de los recursos es el más preocupante. Si la oposición llega a ganar el Gobierno, acá va haber un reventón porque el nivel de expectativa que se quiere crear en la pronta recuperación económica es ficticio. Las crisis requiere de un entendimiento para sacar adelante este país.
Ahora bien ¿cómo se va recodar la bancada oficialista ahora que deben trabajar al lado de los diputados de oposición quienes hoy son mayoría en el Hemiciclo?
Evidentemente, las decisiones, en este momento, dependen de la aprobación de varios diputados de la oposición. Pero, los parlamentarios de la Patria vamos a defender todos los logros conquistados durante estos últimos 17 años en áreas como la salud, vivienda y educación, y esos triunfos de la Revolución no los defenderá solo los diputados del chavismo, sino el pueblo. Nosotros no vamos a estar solos. Tenemos el apoyo de 5 millones 600 mil personas que votaron el 6 de diciembre que no es poca cosa y que la oposición no debe desconocer. Entonces, las decisiones que sean tomadas en la plenaria no pueden olvidar esas personas que tienen sembrado a Chávez en su corazón. Todas las propuestas que hemos planteado en la AN están completamente respaldadas por ese pueblo.
¿Qué lectura le dio usted a la decisión de la AN de acatar la sentencia del TSJ que declaró el Parlamento en desacato luego de la juramentación de tres de los diputados electos por Amazonas?
A la oposición la jugada no le salió como ellos pensaban. Pretendían poner al país en una situación peligrosa, en un conflicto de poderes entre las instituciones del Estado que pudieron traer consecuencias muy perversas que sabemos cómo empiezan, pero no cómo terminan; tal como lo hicieron el 11 de abril de 2002 cuando orientaron una manifestación hacia el Centro de Caracas para buscar el caos y el derrocamiento de Chávez. Creo que los aconsejaron y bajaron la guardia, y el cumplimiento de la sentencia es un triunfo del pueblo que fue propiciado por nuestra bancada.
Hubo un proceso de impugnaciones bastante cuestionado por algunos especialistas y políticos y ante eso el Consejo Nacional Electoral no ha emitido pronunciamiento alguno. Pero con las acción del TSJ ¿El máximo tribunal no estaría solapando al árbitro electoral?
El TSJ es el quien toma las justas decisiones sobre esa materia. Desde el punto de vista electoral le corresponde al CNE pero en el ámbito de la justicia le corresponde al TSJ. Que hemos dicho siempre, vamos a respetar al ente judicial. La oposición tienen la capacidad de acudir a los órganos jurisdiccionales para solventar esta situación. La AN no es la encargada de dirimir este problema sino el TSJ, quien es el ente que le corresponde. Ya se verá en el debate y en la defensa de los diputados lo que ocurrirá.
¿Qué opinión tiene sobre el Acuerdo aprobado por la AN sobre el cumplimiento de los tratados internacionales en materia de Derechos Humanos?
La Constitución es bastante clara en la defensa de los derechos humanos y eso se ha respetado. En todo caso, muchas veces existen instituciones u organismos internacionales que usan esos espacios que están sesgados hacía posiciones que mantiene el Gobierno nacional. No podemos caer en ese juego porque, en primer lugar, somos un país soberano y aquí hay muchas personas y funcionarios que por violar derechos humanos han sido apresados.
2016-01-17