Los niveles de hambre a nivel mundial han descendido en más de una cuarta parte desde 2000, pero de forma "desigual" y "precaria", como demuestra el aumento registrado recientemente en varios países.
Así lo pone de manifiesto un nuevo estudio difundido este jueves por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), en colaboración con la ONG alemana Welthungerhilfe y la irlandesa Concern.
Otros como Sri Lanka, Mauritania y Venezuela registran también mayores niveles de hambre en 2017 en comparación con 2008, después de dos décadas de progresos, de acuerdo al estudio.
El informe agrega que en América Latina los niveles de hambre son bajos, aunque reconoce el caso particular de Venezuela, donde estos han aumentado a "moderados" después de que "las turbulencias políticas y los disturbios alimentarios hicieran que el hambre creciera un 40 % desde 2008″.
El Índice del hambre global de 2017, elaborado a partir de datos procedente de 119 países, apunta que la mitad de ellos están en niveles "alarmantes" o "serios" tras estudiar sus cifras de desnutrición, mortalidad infantil y los problemas de crecimiento y peso en los niños.
Destaca la hambruna que amenaza Sudán del Sur, Somalia, el Yemen y Nigeria (los dos primeros no son evaluados por falta de datos), mientras los conflictos y el cambio climático siguen golpeando sobre todo a los más pobres y a otros grupos con menor poder político, económico y social como las mujeres y las minorías étnicas.
Además, los obstáculos para reducir el hambre en algunos países dificultan los esfuerzos para erradicar esta lacra, reto al que la comunidad internacional se ha comprometido para 2030.
La República Centroafricana es el único país donde la situación es "extremadamente alarmante", según la máxima categoría del índice, seguido de Chad, Sierra Leona, Madagascar, Zambia, el Yemen, Sudán, Liberia, Níger y Timor Este, con las peores cifras.
El director general del IFPRI, Shenggen Fan, señaló en un comunicado que se necesitan sistemas alimentarios "resilientes" proporcionando ayuda a las zonas que afrontan las peores crisis y construyendo políticas a nivel nacional e internacional "para abordar las causas estructurales que crean la persistente inseguridad alimentaria".
El informe también subraya que el hambre en países en desarrollo cayó un 27 % desde 2000 y, en ese periodo, un total de 14 países -entre ellos, Senegal, Azerbaiyán, Perú, Panamá, Brasil y China- mejoraron en al menos un 50 % sus niveles.
Por regiones, el Sur de Asia y África subsahariana son aquellas en las que más se concentra el hambre, al tiempo que en Oriente Medio existen grandes disparidades entre países.
2017-10-12