Arnoldo Arcaya [email protected]
Hace teatro desde que tenía 18 años. Ama y le apasiona el espectáculo. En cada obra busca conmover al espectador de una forma poética. También es crítico, adverso al Gobierno y es cercano a la oposición.
Asegura que el escenario es el único espacio donde puede luchar y decir lo que no le gusta. Ese es Héctor Manrique, actor y director, está al frente del Grupo Actoral 80 y tiene montón de obras en su haber.
¿Qué es la cultura?
Es lo que la da sentido a la existencia del hombre. Es como el aire, no lo puedes ver pero no puedes vivir sin él.
La cultura es lo que le ha faltado a casi todos los gobernantes de este país. La cultura es lo que tanto detesta este Gobierno.
¿A quién beneficia la falta de cultura?
Los más beneficiados son los gobiernos con pretensiones totalitarias. La cultura es diversidad, es la que hace que pensemos diferentes, que tú respetes mis pensamientos y yo los tuyos. La cultura decide que pensemos distinto.
En Venezuela nunca ha habido un plan de cultura, a ningún gobierno le ha interesado la cultura, este último acabó con ella.
El expresidente Hugo Chávez decía que él apoya la cultura…
Chávez hablaba mucha paja y mucha gente lo repite. Chávez jodió este país.
Fui director de la Compañía Nacional (de Teatro) cuando arrancó al gobierno de Chávez, y él nunca le interesó la cultura, ni la popular ni la de ningún tipo. Chávez fue capaz de decir que detestaba el cine nacional estando al lado de Román Chalbaud y éste ni abrió la boca.
¿Cómo sobrevive el teatro en esta crisis?
La palabra que puede describir el teatro nacional es resistir. Estamos resistiendo. Se cierran espacios, quitan presupuesto… Hace 25 años había cientos de grupos teatrales en todo el país, ahora quedan muy pocos. Aquí se hacía teatro en todos lados: Maracaibo, Mérida, Guanare, Margarita. Eso se acabó con este Gobierno. Yo era de los que en la cuarta protestaba todos los días porque me parecía que había un presupuesto deficitario porque no había una política de cultura, ahora, aquí lo que ves a a gente que resiste.
Antes teníamos 40 salas de teatro en Caracas, ahorita hay una que otra.
Ahora viene muchísima menos gente al teatro. La Compañía Nacional de Teatro hacía funciones de martes y domingo con doble funciones los sábados y domingos en el Teatro Nacional con 600 butacas. Lo que hacía la Compañía Nacional en una semana es lo que hace ahorita en un fin de semana todas las salas de Caracas. Hay menos teatros.
¿El teatro es sustentable?
Es sustentable del punto de vista de voluntad, pero no del punto de vista económico. No vives del teatro, sobrevives del teatro.
La sala de Teatrex de El Hatillo ya no aguantaba más (cerró en diciembre).
Hay estados que no tienen ni una sala de teatro, usan auditorios o hacen cosas en un salón de fiesta en un hotel, pero en teatro no, eso habla de cómo está el país.
¿El teatro está preso?
Hay algunas personas dentro del teatro que están presas en su pensamiento; el teatro, no.
En la edad media por 800 años el teatro estaba prohibido, a quien conseguían haciendo teatro lo mataban, hablar de un momento largo de la humanidad. El teatro siempre ha estado en crisis.
El teatro existe para que quienes lo hacemos extremos lo que no nos gusta de la sociedad. Cuando la gente me pregunta por qué no me iría del país, digo que este es el momento para yo estar aquí, que no me gustan muchas cosas, tal vez si algún día esto se convierte en una sociedad justa y extraordinaria me iré a otro sitio donde la cosa esté jodida.
¿El teatro es educativo, recreativo o denunciante? ¿Cuál es la tendencia actual?
Hemos pasado de un teatro vacío a un teatro que ha convocado a la belleza, a las cosas artísticas, obras bien hechas, con un enorme contenido y el público va.
Hay un público que tiene ganas de ir al teatro entendiendo que divertirse no es solo reírse es también pensar, que hay un enorme placer cuando tú piensas. Es una cosa excitante.
¿Cómo elige qué hacer?
No hago teatro políco, no hago teatro de panfleto. Hago teatro que me gusta que me pueda conmoverme y conmover al espectador.
El teatro tiene que tener una pretensión poética, es una forma de entender las cosas distintas y fundamentalmente que tenga que divertir.
¿Estás encajonado con un personaje? Algunos son muy similares
No me veo. Debo tener el problema de la gente que trabaja mucho. Debe ser muy complejo ver un actor que trabaja tanto y un director que monta demasiadas cosas. Si recorres la historia del arte eso pasa con frecuencia. Si ves el caso de grandes artistas como (Pablo) Picasso ves que muchos de sus cuadros son parecidos. El problema está en que no pinta, pinta un solo cuadro. Entiendo que eso pase.
¿Cuál ha sido el personaje más complejo?
El de “Sangre n el diván” (Edmundo Chirinos). Pasé un año preparándome, hice ejercicio, me metí en Pilates para trabajar mi cuerpo. Necesitaba que cuando la gente me viera dijera que era Chirinos para hacer creíble el cuento. Trabajé la voz, el cuerpo, cómo se movía. Uno sabía que Chirinos era feo, que tiene una voz horrible y con todo eso es un seductor, a eso las mujeres les gusta.
Cuando leí (el libro) “Sangre en el diván dije “esto hay que hacerlo”. Este tipo intrigante y mentiroso cómo se metió en la sociedad. Los venezolanos que nos creemos más vivos que los demás, a lo sumo llegamos a ser personas encantables. Este es un país donde los delirantes nos encantan, y no hablo solo de Chávez, también un tipo como Carlos Andrés Pérez. Chirinos fue rector, diputado y candidato a la presidencia, psiquiatra de tres presidente (Chávez, Caldera y Lusinchi), es una alerta. Ahí decimos que él llegó a donde llegó porque somos una sociedad de cómplices.
¿El gobierno te ha censurado?
Nosotros, el Grupo Actoral 80, teníamos un subsidio del Estado el cual nos fue retirado en 2007 no por el trabajo que hacíamos, si no por mí. Dijeron que era por ser “pernicioso y desabastecido psicológico”.
Lo que había detrás de eso es meternos miedo en el cuerpo, no lo han logrado.
El primer festival de teatro de Caracas que hizo la Alcaldía de Libertador el Grupo Actoral 80 no fue invitado, nos invitaron para el segundo y tercero, al último fui con la obra “Fresa y chocolate”. En el festival la alcaldía iba a entregar premios municipales y yo me gané el de mejor director, por lo que Jorge Rodríguez decidió no entregar los premios municipales.
Te hacen sentir como una “yerba mala”. Frete a eso solo puede seguir haciendo lo que he hecho combatiendo parándome en el escenario.
¿En casos como esos, recibes apoyo de colegas?
Siempre he sentido solidaridad de mis compañeros, pero no de los que están al frente, de ellos he sentido un gran silencio, un silencio cómplice que resuena muchísimo, un silencio que es un grito.
Hay unos que tienen miedo, otros que son guabinosos y otros como (Gustavo) Dudamel, que aunque él dice que no opina, opina que jode. En la campaña por la gobernación de Miranda entre Capriles y Elias Jaua, nosotros (la oposición) cerramos un jueves los actos (como correspondía según el cronograma electoral) y el sábado estaba Jaua, (José Antonio) Abreu y Dudamel abriendo un núcleo de la orquesta en Petare. No conozco mayor opinión que esa.
Tras el cierre de Radio Caracas (RCTV) la primera imagen que salió fue él dirigiendo la orquesta. No opina… No joda.
También trabajaste con Capriles en sus campañas hacía la presidencia, estás ligado a la oposición. ¿Qué opinas del papel de la MUD durante el año pasado?
En lo personal me desconcertó a final del año. Me desconcertó porque era un momento en donde la gente estaba pidiendo una directriz muy clara en función al respecto a la Constitución que significaba el referendo revocatorio y de pronto, con un argumento que a mí no me complace, deciden sentarse en una mesa de diálogo porque le Papa (Francisco) se los pide. Ahí es donde uno dice que nuestros políticos tendrían que leer un poco más para darse cuenta cuántas troperías han tenido los papas en la historia.
¿Qué es eso que el Papa dé carta blanca? Entonces, si el Papa dice que se tire uno a un barranco, yo me tiro.
Para la oposición era un momento de enorme músculo en expresión de nuestras frustraciones y se desinfla por un error de la MUD.
Ahora, para analizar el fracaso dejemos a todos en el mismo saco. Todos pusieron esa cagada, que lo asuman todos, si en lo interno estaban o no de acuerdo ese no es mi problema.
Este es un gobierno que tiene más de 15 años mintiendo. A quien le convenía esa mesa de diálogo era el gobierno, les convenía buscar el espacio por la presión que tenían producto de la crisis económica, política y social.
La MUD sacó de la agenda los problemas de la gente para meter la agenda política, el gobierno llevó todo a su terreno.
Estamos hablando de un gobierno inteligente, estratégico…
Por su puesto. Estoy totalmente en desacuerdo de aquellos que dicen que estos carajos son brutos, no lo son. Si ellos son así, imagina cómo somos nosotros que llevamos 18 años en la oposición.
Nunca disminuyas a tu adversario que te disminuyes. Maduro no es pendejo.
Maduro no es el hombre para conducir al país porque él no tiene una visión de país, creo que Maduro es un hombre que han puesto ahí las circunstancia, sin el estar preparado para eso. Y la mayor demostración de eso es ver a un hombre imitando a otro.
Yo supongo que sus asesores se lo dirán -y no estas palabras precisamente-: “hermano, usted no calza”.
¿Quién podría conducir el país?
Henrique Capriles y solo por una cosa, por lo que le he visto hacer, no por lo que dice. Por su trabajo como alcalde de Baruta y como gobernador. Las gobernaciones no tienen plata y cuando uno piensa que ellos (en Miranda) le dan comida a los niños en los colegios y sigue dándole durante las vacaciones, haciendo un enorme esfuerzo, eso habla de una persona.
¿Y Leopoldo López?
Está preso, y prefiero más a Henrique. Lo único que le deseo a Leopoldo es que salga de la prisión. Eso es una tragedia, no solo para él, sino también para sus hijos.
Yo nací un 14 de enero y el 19 de febrero a mí padre lo metieron preso por 5 años. Sé lo que es crecer sin un padre.
Fotos de: Alberto Torres Lamprea
2017-01-21